Capítulo 44

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Era un día normal, o eso parecía al principio. Cuando termino la junta de los 24 arcángeles, James estaba hablando en privado con Dereck Weisz.

—Aun no lo encontramos, mande a los lobos a buscar a mi hijo y nada — explicaba preocupado Dereck, James asintió de igual manera preocupado. Le habían estado manejando el asunto con calma a Romina, diciéndole que tenía juntas con la manada que le impedían volver a casa.

—¿Qué está pasando? — a sus espaldas Romina— Han estado actuando muy extraño ambos — Dereck solo cruzó los brazos, no quería preocuparla. — padrino ¿que está pasando?— un sentimiento de preocupación la invadió, Dereck la trato de calmar.

—Tendremos que decirle, recuerda de su conexión — James ya preocupado por Zaid, no es que quisiera preocupar a la madre de su hijo o hija. Pero Zaid era importante para ella — pero tienes que calmarte— joder, no sabia si era buena idea decirle. Le quedaban un par de semanas para dar a luz.

—Zaid está desaparecido— se le cayó el mundo, las Estrellas, el universo, el alma a Romina.

—¿Qué? — con lágrimas en los ojos —¡Padrino! Dime qué no es cierto, dime qué es mentira. Que Zaid está trabajando con Elian en su bufete — Dereck la abrazo, dejando que se desahogara.

—Estamos haciendo todo lo posible para encontrarlo— le aseguró Dereck y la chica asintió.

—Ya Mande mi escuadrón de ángeles Romina, estará bien, necesitas calmarte, no le hará bien al bebé —acariciando su vientre abultado de 8 meses y medio.

—Zaid ¡Amor! — gritaba por el bosque de Deiley, Elian estaba a mi lado. Estábamos buscandolo—Rojo, no hay rastros de él—trataba de calmarme, mi respiración estaba cortada.

—Relájate mujer, recuerda que no debiste ni de bajar a la tierra, estas a semanas de dar a luz. Prometiste que si te ayudaba a buscarlo, no te alterarías — mi bebé estaba moviéndose como loco.

—No me puedes pedir calma total si el hombre de mi vida está desaparecido — explicaba mientras volvía a poner de pie para buscarlo.

"Magia enemiga" recordé y puse mis manos en el suelo, cuando el humo negro salió de mis manos haciéndose presente, detecté magia enemiga en mí, supuse que era el collar de mi madrina ella me dijo que iba a cuidarme mas. Minutos después comencé a detectar magia fuera de mi cuerpo, sonreí reconociendo esa magia.

—Está aquí — le expliqué a Rojo, comencé a toser y me falto el aire — Elian, algo le está pasando a Zaid— al mismo tiempo que empecé a sentir unos ligeros dolores abdominales.

—Andando por él, ya—me ayudo a levantarme, Zaid estaba en una parte rocosa del bosque, está parte del bosque ya no era Deiley, era una zona poco explorada. Donde había miles de cuevas subterráneas, por lo que era difícil caminar por terror a caer en ella.

—No vayas Elian, no quiero que caigas en una de estas cuevas, yo iré volando— le expliqué a Elian, el rojo asintió. Me dejé guiar por aquel ser que estaba buscando rastros de magia. Hasta que llegue a la entrada de una de esas cuevas, casi no se veían por el montón de plátanos alrededor.

Sin pensarlo dos veces entre a la cueva, la pequeña fogata que estaba me daba la oportunidad de ver y observé, ahí estaban un par de brujas, el ser que estaba en mi. Me permitió reconocerlas.

—Corre muñequita—la voz que quería escuchar, ahí estaba mi Zaid en el piso,.

—Amor— casi me da el infarto al ver a Zaid así, le llore, estaba amarrado a un viejo tronco, estaba todo golpeado, con signos de brujería en su torso y una rama de un viejo árbol traspasándole el pecho, se la habían encajado, se veía tan aparatoso todo, podía ver que aún respiraba irregularmente, abrió los ojos unos momentos podría jurar que me hizo lo más parecido a una sonrisa.

Las brujas tenían una mueca de asco.

—Que aberración, una de nuestra especie con ese — despectivamente antes de correr hacia mi. Estaba tan aturdida viendo a Zaid, que no me dio tiempo para responder. Sentí sus manos rodear mi cuello, comencé a forcejear con ella, después se acercaron las otras. Pero yo estaba muy débil, Zaid estaba muy mal y está conexión que tenemos, me hizo sentirme igual.

Veía como Zaid trataba de moverse, quería ayudarme, sentí la magia de Zaid envolverme

—Zaid —sintiendome reconfortada por esa magia, comenzando a quitarme las manos de la bruja de mi cuello—no me des tu magia, estás débil—

—No es mi magia amor— observé la magia, era verde claro recubriéndome, la duda de donde provenía se aclaró tan rápido como el ataque de una de las brujas que quiso atacarme con una daga en el vientre, el cuchillo no podía ni tocarme la piel. —Es del bebé— yo ya no lo escuchaba, estaba enojada. Nadie se mete con el hombre que amo y con mi bebé.

El ser de mi interior comenzó a atacar a las brujas, las quería hacer pedazos, el humo comenzó a intoxicarlos, el humo era pesado, tan oscuro que no podía ver, solo escuchaba los gritos desgarradores de las brujas y se quedó en un silencio perturbador.

—Tienes que aguantar mi amor — mientras lo desamarraba y lo comenzaba a arrastrar a la luz. El Rojo ya estaba marcándole a mis padres. en eso apareció James y al ver así a Zaid, también lo miro con terror e impresión.

—Yo lo llevó Romina— me dijo James y yo negué y seguí abrazándolo—por favor, déjame llevarlo. Tú no puedes cargarlo—

—James— llorando limpiándole el rostro a mi Zaid, que estaba sucio, deforme, El arcángel lo cargó con cuidado.

—Te ayudaré —los 3 nos fuimos al hospital, James y yo volando, Elian nos iba a alcanzar después. Mi papá y mamá ya estaban esperándonos, tomaron a Zaid y se lo llevaron a quirófano.

—¿También te preocupa?— le pregunte mientras esperábamos en la sala de espera.

—Claro, cualquier persona que te ame con sinceridad que quiera y respete a mi hijo o hija, se gana mi lealtad — entregándome un vaso de agua, suspire, recordando lo qué pasó en esa cueva. "¿Mi bebé con magia? Seguramente fue el collar de mi madrina Greta"

En eso vi a mis padrinos llegar a la sala de espera.

—Gracias por traerlo de vuelta Romina— llorando mi madrina, la abrace. O bueno me abrazo como pudo.

—No podía quedarme de brazos cruzados — le respondí, no estaba mejor que ella, estaba igual. Greta asintió y me acarició el vientre, tenía una gran sonrisa.

—Al menos ustedes dos, están bien. Se que mi hijo preguntará por ti primero en cuanto despierte y claro tu bebé — sonreí un poco. En eso llego mi tío Evan.

—Te llevare a casa seguramente mueres por comer y dormir— dándome su suéter.

—No me quiero mover de aquí hasta que no tenga noticias de Zaid —cruce los brazos.

—Ya hiciste mucho esfuerzo hoy, estás a nada de parir, mujer— me explicaba el Rojo —no nos hagas llevarte a la fuerza—

—Dalo por echo que te obligaré a descansar Romy, no importa si aplico una plegaria, para adormilarte — me dijo James, alce la ceja.

—Bien—tres contra una, no era justo.

—Te aviso si hay noticias, de mi hijo.— me aseguro mi padrino, asentí. James me llevo a casa de mis papás, estaba platicando con el bebé como siempre.

—Te juro que me preocupe demasiado, Zaid es una persona que le tengo estima y mucho aprecio por cómo te ha cuidado y como ha cuidado a mi bebé. Me alegra que lo hayamos encontrado— abrace a James.

—Me asuste mucho, se veía muy mal—

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora