>>>—¿Estás seguro de lo que quieres hacer Zaid?— se acercó Romina a su hombre, el la contemplo, no sabría a ciencia cierta cuando la volvería a ver.—Complemente seguro mi muñequita hermosa — besandole sus manos, acariciando la piel de la chica—tengo que detener a Joanna, esta es mi lucha y te agradezco que quisieras ayudar al principio, pero es mi lucha. —le acariciaba la mejilla— quiero mantener a mi madre a salvo y a nuestra hija, la mini muñequita — La Niña que apenas tenía un mes de nacida. Que reposaba tranquilamente en su cunita.
—Debemos estar en contacto siempre, te necesito Zaid en mi vida y Nhoa también —Zaid la abrazo y le dio un beso.
—Siempre estaré en contacto con ustedes, las amo son mi vida ambas —<<<
*En la actualidad*
-¡NHOA DECANINI!— llegaba Mateo a la biblioteca de la Torre del cuartel de la ciudad celestial —Se que estás aquí— buscando a su ahijada de 10 años.
—¿Estas enojado?— se escuchó la voz de La Niña en la biblioteca, Mateo comenzó a volar por la biblioteca. Hasta que encontró a la azabache en uno de los aparadores más altos abrazando sus piernas.
—¿Por qué podría estar enojado contigo? — La Niña se dio cuenta de que su padrino estaba a su lado — entiendo que quieras salir a conocer más allá de la ciudad celestial. —Nhoa abrazo a su padrino.
—Llévame padrino, quiero conocer la tierra — le dijo suplicante Nhoa, Mateo solo la tomo en sus brazos como cuando era bebé.— mis compañeros de escuela, hablan de la tierra y yo quiero verla, tengo entendido que mi papá es de ahí.—
—Un día, lo haré pequeña Nhoa, no solo tu papá lo es de ahí, también tú mamá nació en la tierra— le revolvió sus cabellos rebeldes —vamos a ver a tu mamá. —
—Si padrino — le cambió la cara al saber que su mamá, ya estaba libre para ella.
Una loba negra solo veía la Diosa Luna pidiendo por una vez más tener nuevas noticias de su amado. El cual tenía demasiado sin ver desde aquella noche, aquella despedida cuando su Nhoa solo era una bebé.
—Mamá—escuche la voz de mi niña, alce la vista, ahí estaba mi hija con sus grandes alas de ángel. Abriendo sus bracitos envolviéndome en ellos. —Hola loba de mamá— refugiada en pelaje.
Mi hija no ha despertado su lado lobuno.
—Mi niña hermosa—la pequeña se montó en mi lomo, le encantaba hacer eso. —¡Ah casa!—
Le hice la cena a mi hija, la preparé para dormir, cuando recibo visitas de Dereck Weisz, su sola mirada, me dijo lo mismo de siempre no había noticias de mi Zaid, traté de aguantar las lágrimas.
—Debo buscarlo, yo misma— tratando de que no me ganara este nudo en la garganta.
—No Mina, tienes que quedarte aquí con mi nieta, no quisiera que te pusieras tú en peligro...Zaid no hubiera querido que tú te pusieras en peligro —abrace a mi padrino como niña pequeña.
La vida se me estaba yendo, mi mundo comenzaba a hacerse blanco y negro.
—¿Qué libro me leerás ahora, mami?—ahí estaba el motivo por el cual continuó de pie, por el cual mi mundo se vuelve de color, mi hija. Traía su vestido de princesa para dormir —Abuelito Dereck— saltó a abrazarlo.
Dereck abrazo a Nhoa con tanto cariño — mi hermosa princesita — le acomodaba el cabello— a tu abuelita Greta, le encanto el dibujo y la cartita que le enviaste, te manda esto — sacando un pequeño cuadro con un pájaro dibujado al óleo.
—Esta muy hermoso, lo pondré en mi cuarto—Le dio la mano Nhoa a Dereck para acompañarla.
—Adelante princesita, te acompaño —estaba encantada la relación que tenía mi hija con sus abuelitos — supe que tus abuelitos Roxan y Hafner vinieron a visitarte la semana pasada.—
—Si aquí estuvieron los dos, jugamos mucho los 3— observaba desde el marco de la puerta como Dereck ayudaba a mi hija a colocar el cuadro en la pared.
Al día siguiente
Ainhoa Decanini iba con su grupo de escuela a visitar los límites de la ciudad celestial, para conocer más acerca del lugar donde vive y las personas que pueden pasar.
Que La Niña tuviera el apellido Decanini, le daba un peso extra en sus hombros, ser la descendiente de Adriel y ser hija de una de las 24 arcángeles más famosas de la ciudad celestial, Romina Decanini, ahijada del hijo del supremo Líder, Mateo Lightson. Sus compañeros de clase le tenían respeto.
Ella era una niña muy lista, desarrolló a muy temprana edad sus alas, Justo como lo predijo el príncipe de Aquifer Endel.
—Apuesto que no te atreverías a caminar por la barda de la ciudad celestial, Decanini— la reto una de sus compañeras— tan privilegiada eres, que no rompes ni un plato.—Ainhoa alzo la ceja y le sonrió como se caracterizan los Weisz.
—No me retes — Nhoa saco sus alas, aprovechando que la maestra estaba distraída dando una explicación y voló a la barda, posicionando ambos pies en la barda y comenzando a caminar— ¿Qué decías?—
—¡Decanini! Baja de ahí enseguida—con lo que no contaba Nhoa, es que uno de los ladrillos estaba flojo, haciendo que se doblara el tobillo.
—Ahhhh— cayó fuera de la ciudad celestial, sintiendo el viento correr en su cara, sus alas no eran tan maduras como para romper aquellos vientos implacables, atravesó una nube, dos nubes y muchas más.
La Niña se estaba cansando de gritar, trataba de detener su caída con sus alas, pero le estaba ganando el viento.
"¿Qué es esto?" Pensaba asustada la niña viendo una capa de magia verde que la cubría.
Misma magia que despertó unos seres que custodiaban partes de un bosque.
—Otra hechicero — olfateó uno de los custodios —debemos llevar esta magia al rey— comenzando a perseguir el aroma de esta magia.
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Hola, hola! Estoy de vuelta, lamento no haber actualizado antes, la escuela me mantiene muy ocupada.Gracias por el apoyo a la historia, me alegra mencionarles que estamos en la última parte del libro.
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Déjame volar.
Werewolf-¿Entonces que harás?- pregunto Finnigan mientras veía a sus hijos Henry y Wyatt Melbrock de dos años, jugar con Romina Decanini de 5. -Nada, seguir con mi vida- respondió simplemente - por el hecho de que sea mi mate, no significa que tenga que est...