—Ya te lo dije James, no te voy a impedir ver al bebé eres su padre, después de todo — deje de regar las plantitas de mi casa, para ver al arcángel—pero no voy a volver a vivir contigo, no estoy cómoda.
—¿Es por Zaid? Con sinceridad Romina, sabes que siempre hemos sido sinceros—nos sentamos en mi jardín.
—No es por él. Es por mi, por mis sentimientos, no me siento cómoda viviendo en tu casa, alimentando una ilusión que no va a pasar James. Prefiero quedarme en mi casa, lo lamento.
— después de tanto pensarlo en la tranquilidad de mi casa.—Vendré todos los días a verte Romina, necesito estar cerca de mi bebé y de ti, eres mi amiga, después de todo—
—No te lo voy a impedir, te lo repito. Es tu derecho, ademas tú y yo siempre nos hemos llevado bien—James sonrío asintiendo, estuvo un rato aquí.
Le tuve que compartir mi inquietud, tenía miedo que el ser que estaba conmigo quisiera tomar la vida de mi bebé. Era un alma inocente.
—Tranquilos —Le había pedido a mi amado Zaid, que nos ayudará con eso, se me enchino la piel cuando acarició mi vientre — el bebé está protegido, no siento que ese ser lo esté invadiendo—suspire.
—¿Vez? Por eso no debes angustiarte Linda— decía James, haciendo que rompiera la conexión visual que teníamos. Zaid quitó rápidamente la mano de mi vientre—Nuestro bebé esta bien—mostrándose serio.
Cuando James se fue, me acerque a Zaid.
—Sabes que no es necesario que sigas fingiendo Weisz—bajando la mirada — si no quieres estar aquí, lo entiendo y lo respeto. Si mi padre y hermano preguntan, yo contestaré que has estado siempre conmigo—recordando como Jayden le dio
su buena lección a Zaid por hacerme sufrir tanto, el lobo esa vez, no hizo ni el intento por detener los golpes que le daba.—No estoy fingiendo nada muñequita, realmente estaré contigo, no importa donde me pongas, así sea tu amigo, tu pareja, tu amante, un desconocido, no me moveré de ahí— le aclaro— no me importa si tienes un hijo de otro, yo te amo y amare a ese niño como si fuera mío porque es tuyo. Es tuyo amor— acomodandose a su lado — un mini muñequito o mini muñequita —me saco lágrimas de emoción.
—Eres el hombre que amo y eso no dejarás de serlo nunca — le confesé y sonrió—no quiero que esto cambie lo que estábamos llevando antes de saber que venía mi bebé, que esto es punto y aparte. Quiero retomar lo nuestro poco a poco, si se puede y quieres—sonrojada, baje la mirada que él mismo me hizo levantar segundos más tarde.
—Estaré más que encantado de conquistarte una vez más—abrazándome, tenia una corazonada, un presentí. Que esta vez iba a ser verdad.
Los meses pasaban y nadie me había dejado sola. Tenía a Zaid y James que se desvivían por atenderme, hasta mi padrino venía a visitarme cada que podía, dándome comida y cositas que me mandaba mi madrina. Mi papá también viene cada semana a la ciudad celestial a visitarme y a su nieto, trayéndome noticias de todos en la tierra.
—Nunca pensé que se llevarían tan bien, tú y James— le confesó su socio y amigo Elian, sentado en su escritorio después de haber revisado un par de casos. Zaid se desaflojo el nudo de la corbata y sonrío.
—Nos preocupa la muñequita, eso es algo que él y yo tenemos bien en claro, cuidarla a ella y el bebé que está esperando. En eso nos entendemos bien, yo lo respeto demasiado por todo el tiempo que estuvo con ella, se lo agradezco de corazón — había madurado muchísimo más en estos meses Zaid —él podrá ser, el padre de su bebé y lo que quieras Elian. Pero yo amo a Romina y ella me ama a mi, obviamente la querré con todo y bebé —saco de su escritorio una fotografía de su muñequita, mostrando su abultado vientre y una sonrisa — además mírala, se ve hermosa. —estaba más que enamorado —¿Cómo no amarla más en ese estado? Esa mujer se robó mi corazón —
—Nunca pensé verte así Zaid, en hora buena por tú felicidad, he hablado con Romina y está más que feliz, controla más a ese ser y hasta duerme mejor —Zaid saco de su escritorio lo que su mujer le había pedido entregar al Rojo.
—Para su comunicación — divertido Zaid y Elian guardo la bolsita de cabello y Elian le entrego la bolsa de su cabello.
—Tanto que me corto el pelo—comentó el pelirrojo —Me voy a quedar pelón a este paso—
Zaid volvió un poco más noche a su nuevo hogar, la ciudad celestial, ya se sentía parte de ese ambiente. Toco la puerta de la casa de Romina y se encontró con James.
—Zaid ¿Cómo estás?— era James con una sonrisa.
—Hola James, todo bien y ¿tú? ¿Todo en orden?— le preguntó y el arcángel rubio asintió.
—Si, solo fuimos a su revisión mensual y pues se le antojaron muchas cosas así que fuimos a cenar —Zaid asintió—pero pues cayó dormida, solo me estaba quedando a cuidarla, se estaba moviendo mucho—
—¿Y qué te dijeron del bebé? Ya sabes que será — James negó con una sonrisa.
—Por el momento no, Romina dice que quiere saber hasta que lo tenga en brazos—ambos compartieron una sonrisa.
—No me sorprende James, la muñequita siempre le ha gustado el misterio en su vida— se sentó en el sillón de la sala.
—Si, así es Romy— en eso le llega una plegaria de Mateo —¿te quedas a cuidarla un rato? Tengo misión importante—
—Sabes que no hay problema James, éxito en la misión— el arcángel más tranquilo se fue de la casa de Romina.
Zaid subió al segundo piso y la vio dormida abrazando su almohada.
—Mi amada muñequita hermosa— le acarició la espalda y se giró Romina inconscientemente para abrazarse a él— Buenas noches mi amor— la beso en la frente — y para ti también pequiñito o pequeñita — le dijo al bebé acariciando su vientre.
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Déjame volar.
Werewolf-¿Entonces que harás?- pregunto Finnigan mientras veía a sus hijos Henry y Wyatt Melbrock de dos años, jugar con Romina Decanini de 5. -Nada, seguir con mi vida- respondió simplemente - por el hecho de que sea mi mate, no significa que tenga que est...