Capítulo 39

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—No lo harás— abrí los ojos, ahí estaba Zaid, le quito el cuchillo. —Aléjense de ella— Comenzo a como pudo pelear contra Carolina, quien no batallo en dejarla en el piso.

—Eres tan hermoso, lastima que seas un hechicero enemigo — me acaricio la mejilla, Zaid saco un pequeño frasco.

—Te lo manda tú prima Andrea — le lo lanzo encima y la chica comenzó a gritar para reducirse en cenizas.

—¡Esto no se acaba aquí! — gritaba con dolor Joanna — pagarás por la muerte de Carolina, los dos — lanzando varias pociones, Zaid trató de lanzarle otro frasquito pequeño, pero no podía, su vista se comenzaba a nublar, al igual que la mía.

—Ahh — tallándose los ojos, Joanna corrió, pero su mirada era siniestra me daba miedo. Parecía que no se iba a rendir tan fácil. Zaid me desato rapidamente — amor ¿estás bien?—me paso su camisa, me refugié en su cuello. Realmente no crei contarla.

—Creo — susurré poniéndome su camisa—no son más que unos monstruos — dije aún sobresaltada — no quiero ser como ellas, han matado al niño —Zaid limpiaba mis lágrimas.

—Diablos, quería ayudar al pequeño Timothee — con frustración Zaid después de varios minutos en silencio, por fin habló visiblemente dolido— era un niño inocente — comencé a enterrar aquellos inocentes animales, al final de cuentas, ellos fueron otras víctimas.

Estaba tratando de tener algo de calor con algo de fricción en mis manos, Zaid miro a su alrededor, reconociendo el lugar.

—En este bosque te rescate hace tanto tiempo — susurro acariciando mi mejilla — donde te hice la promesa de que nunca estarías sola, que te iba a proteger — se rio con ironía— irónicamente no lo cumplí y te he fallado muchísimo.— Llegamos al pueblo mas cercano, necesitaba un buen baño y un descanso.

—Te traje algo de ropa, no es que me moleste que estés solamente en mi camisa, pero te debes morir de frío —

—Te lo agradezco, iré a cambiarme — me sostuvo, sosteniéndome del brazo, volví a perderme en su mirada, trague en seco. No podía ser posible que estuviera emocionada. No, no, no. ¡Tanto tiempo haciendo lo imposible por sentirme así! ¿Para que este hombre venga a ponerme así?  No era justo.

—Quiero hablar contigo bien muñequita, tú no fuiste la única víctima de esas brujas. —me tomó de la cintura acercándome a él, podía sentir su respiración— Yo también lo fui, me alejaron de ti, estuve en la cárcel cuando debí haber estado contigo en la veterinaria despidiendo a Ariel, ese par de brujas jugaron con mi ilusión de ser padre, me separaron de la mujer que amo por tanto tiempo.  12 años sin ti Romina Decanini, me he vuelto loco, no tengo derecho a reclamarte nada—nos besamos con necesidad, eran tan exquisitos como la última vez que los probé.

—No debo hacerle esto a James, él ha sido demasiado bueno conmigo —entre besos,  Zaid me cargo en su cintura sin dejar de besarme el cuello.

—No lo amas, como me amas a mi — estaba perdida, él tenía razón lo amaba, no lo podía olvidar.  El simple hecho de volver a sentir amor, con solo tenerlo cerca, me hacía darme cuenta lo mucho que necesitaba. Mi mundo se desconecto.

—Te amo más que a mi propia vida — murmuré sonrojada sintiendo cómo caía en su cama.

—Y yo a ti muñequita hermosa, te amo tanto— mi piel seguía respondiendo a sus caricias, sus labios. Me volví a entregar a él, así como él se entregó a mí, fue una entrega sin restricciones. Esa noche descubrí que nunca podría entregarme a un hombre como lo he hecho con él.

Lo vi dormido a mi lado, abrazándome como si no quisiera que me fuera de su lado. Sonreí, me sentía tranquila en sus brazos.

En la ciudad celestial.

—¿Así que solo eso pasó?—pregunto Norte y Mateo estaba a lado mío, asentí.

—Si, huyó Joanna. Pero parecía como sino se fuera rendir— terminando de dibujar lo que habían pintando en mi cuerpo.

—Tendré que investigar esto, nosotros nunca nos habíamos enfrentado a algo así, nos mantuvimos a raya de la magia de los humanos—habló Mateo como líder natural.

—Por el momento, manténganse en la ciudad celestial. Necesito saber de qué es capaz Joanna, para ir preparados — les explico Norte.

—De acuerdo Norte — habló Zaid, cuando ambos salimos de la oficina ahí estaban los Zadquielson esperándonos, Calipso corrió rápidamente a Zaid y James me abrazo.

—Amor ¿te encuentras bien?— besándome la mejilla— me preocupaste mucho. — asentí algo incomoda. Solo miraba a Zaid, podía notar que él estaba igual que yo. Ninguno de los dos dijo nada cuando salimos de la posada, enfrentamos la cruda realidad, nos amábamos, eso era un hecho, nuestro amor estaba intacto. Pero había demasiadas cosas que me impedían ir a correr con él.

Zaid estaba en la misma situación que Romina, cuando llegó a la casa de sus padres, buscó un poco de alcohol.

"¿Por qué no podía ser como James?" Envidiaba como no tenía una idea al arcángel, la persona que siempre ha estado con su muñequita, era el que traía noticias a su familia del avance de Romina.

"¿Qué le podía ofrecer él a ella?" Solo sufrimiento, demasiadas lagrimas, se sentía tan miserable de fallarle tantas veces.

Su cabeza estaba martilleándolo, tanta culpa que siente, tanto dolor, tanto remordimiento. Le ha fallado al amor de su vida.

—James— habló Romina mientras bebía un té, antes de meterse a su cama. El arcángel le acariciaba el cabello — por el momento en estos meses, ya no quiero intentar tener un bebé. No quiero que corra peligro, no sé, si esté preparada para esa etapa. Ahorita ya no me siento preparada, después de lo que vi — con lágrimas, James se las secaba — esa mujer uso a su propio hijo para separarme de Zaid, lo uso, después lo mató.  Me lo dijo sin remordimiento James, no se como una persona es capaz de eso. No quiero ser así —

—Romina, mi Mina de oro. Respeto tu decisión y la acepto, solo te dire una cosa — la tomo del rostro — yo se que nunca serás así mi amor. Con el simple hecho de que estes llorando por ese niño, que indirectamente te destruyo la vida. Me habla de la maravillosa persona que eres—

—Es que ese Timothee, no tenía la culpa después de todo —el arcángel la cargó y la llevó a la cama donde la arropó.

—No te atormentes más— fue lo que le dijo antes de acomodarse a su lado.

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora