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Un sonido sordo se hizo cuando los platos fueron puestos sobre la mesa de madera, ambos hombres agradecieron por la comida y se dispusieron a desayunar.

— ¡Bueno, ya! — Sooyoung se arriesgo a romper la tensión que había habitado en su casa por más de una semana, miró a su hijo y a su esposo con el ceño fruncido — ¿Acaso estoy viviendo con dos desconocidos? Ya estoy cansada de esta situación. 

Saemin y Taehyung se miraron, Ambos pares de ojos color chocolate chocaron, mientras se comunicaban que ninguno bajaría la cabeza de primeras, así que pasaron de largo las palabras de la mujer.

— ¿No se van a arreglar? — Preguntó irritada.

Taehyung se levantó ya con el plato vacío, limpió su boca con un pañuelo y se dio la vuelta con intensión de irse a la escuela. 

Un pequeño golpe cayó en el brazo de Saemin y cuando quiso quejarse fue recibido con una mirada histérica por parte de su esposa. Con la cabeza señaló a su hijo, pero el hombre negó.

— Tae, Tu padre quiere decirte algo — Y esas palabras hicieron detener sus pasos, Se dio la vuelta para comprobarlo. Sooyoung con el codo pinchó las costillas de su esposo.

— No vuelvas a escapar de esa manera — Habló Saemin — Nos preocupamos mucho esa noche. Y con respecto a la boda... Aunque ya con tu madre conversamos — Sus padres se miraron, como si con ese acto confirmara lo que fuera a decir — No se cancelará.

— Pero-

— Más que por gusto Taehyung, es una tradición y obligación como tu padre conseguirte una esposa — Explicó — Como una vez le expliqué a tu amigo Jeon, a esa edad no suena nada divertido casarse, pero es nuestro deber formar una familia ¿Comprendes?

— D-Déjame elegir con quien casarme — Pidió.

Sooyoung miró la expresión de su esposo, él no esperaba esa respuesta.

— Quiero elegir la persona con quien casarme, padre — Saemin cerró los ojos y puso una mano en el puente de su nariz — Ya los tiempos han cambiado, y entiendo que su matrimonio de alguna u otra manera fue organizada, pero ahora no-

Su padre levantó la palma, en señal de silencio.

— Estas hablando mucho, me fastidia y lo sabes — Recordó — No elegirás nada, No estás en posición de elegir ¿Entendido?

— Solo te estoy pidiendo eso, Voy a obedecerte, pero déjame elegir— Saemin no dio su brazo a torcer haciendo irritar a su hijo— Bien, entonces no me casaré-

— No seguiré discutiendo esto contigo — El hombre se levantó de la mesa, pasando de largo a su hijo subió a su habitación.

No esperó un segundo más. Cogió su bolso de tela con su tablero y tizas y salió rápidamente de su casa y Oh, cuanto deseaba no volver a ella nunca más.

Se introdujo al verde bosque echando humo por sus orejas. Era un estúpido, su padre era un estúpido. Con su mano arrancaba cada hoja que se le cruzara por el frente y pateaba cada piedra que veía.  ¿Por que no lo podía escuchar?¿Qué le costaba entenderlo? 

Tenía que escapar, no podía casarse, y menos cuando esa bruja de la vez pasada ya lo había asustado de más.

Vio el árbol decorado con su pañoleta y cuando casi llegó su entrecejo se relajó.

Jungkook.

— Buenos días Romeo — Le saludó con el mismo apodo que usaba cada mañana y le sonrió mostrándole sus dos dientecitos de al frente, lucía adorable y eso le hizo bien — Madrugué para ser yo esta vez el que te recibe — Comentó, siendo ignorante al gran impacto que su presencia hacía en el mayor.

Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora