Escogió una boina color vino tinto ya que quedaba a la perfección con el atuendo que usaría el día de hoy.
Era interesante como todos los jóvenes a medida que crecían empezaban a tomar un estilo de ropa muy elegante, aunque para ser sincero no había más estilos a los cuales adaptarse.
Miró su reflejo en el espejo, y recordó lo que había guardado en su bolsillo hace unos minutos atrás, Miró a todas las direcciones y cuando comprobó que no había nadie cerca metió su mano temblorosa al bolsillo de su pantalón. Apretó el pequeño objeto en su mano y abriendo lentamente sus dedos dejó a la vista un bálsamo del tamaño de su dedo meñique. Cuando iba bajando para desayunar vio dicho objeto en el suelo de la habitación de sus padres, él nunca fue de los que ponía atención esas mínimas cosas, pero hoy sintió una profunda curiosidad por aquel.
No lo había pensado antes y claramente su padre no estaría feliz al verlo con esto pero ¿Y sí...?
Con su dedo meñique tomó un poco de dicho bálsamo, y aunque su dedo estaba temblando, como pudo logró colocar un poco de color en sus labios.
Sus ojos se iluminaron al ver sus labios brillantes, Apretó sus labios entre sí para que se esparciera en cada espacio de su boca. Se veía increíble.
Sintió como su alma dejaba el cuerpo cuando escuchó unas pisadas fuertes y su nombre ser pronunciado en la boca de su padre.
Sus manos torpes hicieron que el bálsamo se resbalara de sus manos y rodara por el suelo.
¡No!
Su corazón quería salirse, escapar de ahí y dejarlo sin vida y realmente prefería eso a que su padre lo descubriera con un objeto para mujeres. Corrió y se agachó para recoger el objeto que se hallaba en el suelo.
— Taehyung — Su nombre otra vez fue llamado, pero esta vez más cerca. Guardo el bálsamo en su bolsillo y sin piedad restregó su boca contra el dorso de su mano.
Se giró y encontró la silueta de Saemin frente a él.
— P-Padre — saludó haciendo una reverencia cuando el hombre se acercó.
— ¿Qué hacías? — preguntó al notar el nerviosismo de su hijo. Pasó su mirada por las manos de él, pero no había nada en ellas, lo único raro era el color rojizo al rededor de los labios de Taehyung, como si les hubiera hecho presión o si se hubiera pegado en esa zona.
— Y-Yo... Um, Me estaba a-acomodando la corbata — Apenas pudo hablar sin tartamudear.
— Taehyung, no llevas corbata — endureció la mirada y se cruzo de brazos.
— Pañoleta. Era pañoleta, m-me estaba acomodando la- — La mano de su padre se alzó frente a él.
— Bueno ya — lo interrumpió — Cuando llegues me acompañaras al pueblo.
— ¿A-Al pueblo? — Preguntó confundido.
— Tu mamá quiere unas cosas, y ya es hora de que aprendas a defenderte, saber precios, manejar dinero. Las cosas que un hombre de la casa debe saber.
Taehyung no respondió y sólo asintió.
— ¿Con que te golpeaste la boca? — El de cabellos ondulados abrió sus ojos y puso su mano sobre la mencionada. Se miró rápidamente en el espejo para ver la zona resentida. Se la había tallado con mucha fuerza al tratar de quitar el bálsamo.
— N-No recuerdo.
La conversación llegó a su final cuando la puerta principal fue golpeada dos veces. Taehyung se emocionó, yendo hasta la entrada para poder abrirla a la vez que era seguido por su padre el cual notó su emoción.
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Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗
Fanfiction- 𝐒𝐈𝐆𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐗 - Rosas, libros, bufandas y bálsamos... Objetos tan sencillos y sin gracia que encierran el amor de dos corazones enamorados, pero que sólo servirán para recordar los pequeños momentos juntos. Solo la oscuridad nos esconde de la...