- 𝐒𝐈𝐆𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐗 -
Rosas, libros, bufandas y bálsamos... Objetos tan sencillos y sin gracia que encierran el amor de dos corazones enamorados, pero que sólo servirán para recordar los pequeños momentos juntos.
Solo la oscuridad nos esconde de la...
Este capítulo puede ser un poco confuso de entender ya que manejare distintos tiempos y relataré cosas que pasaron en el pasado, So, lean muy bien para que no se pierdan. ❤
— Yo digo que deberíamos ir a la playa — Habló un rubio animado.
— ¿Con estos climas Jimin? — Recateó Daniel — Fuimos cientos de veces en verano, ¡Mira mi piel toda quemada!
— Amo la playa e iría así estuviera lloviendo — Se defendió sacándole la lengua.
— Está bien, pero ¿Tienes el dinero para alquilar un carruaje? — Opinó un pelinegro.
— Ya pagué muchos carruajes, ¿No dices que tú tienes muchos? Presta un caballo, no seas tacaño — Señaló.
— Esos caballos son costosísimo Jimin, No son para llevarlos a que se ensucien de arena — chilló.
— ¿Entonces para que tienes un caballo si no lo usarás? — Cuestionó.
— Exposiciones, competencias.
— ¡Ay pero que cotorreo! — interrumpió Hoseok — Pueden callarse, me duele la cabeza.
Quizá discutir sobre sus planes para este fin de semana no era tan buena idea cuando ninguno se ponía de acuerdo, o cuando ninguno de los cuatro se soportaba, y ese día era hoy. Daniel y Jimin llevaban discutiendo lo que iban a hacer, pero después de cuatro horas largas de clase más la media hora que llevaban de descanso no habían llegado a un acuerdo.
— No nos escuches entonces — se defendió Jimin — Puedes irte si tanto te molesta.
— ¿No tienes una novia que atender? — se burló Daniel.
— Minah está con sus amigas ahora — bufo haciendo reír a sus dos compañeros — Ella debe repartir su tiempo, entonces en la tarde estamos los dos.
— Oigan ¿Y Yoongi? — preguntó el rubio haciendo que todos levantaran la mirada al ver la ausencia de uno de sus amigos.
— Dijo que iría al baño — respondió el pelinegro — Seguro algo le cayó mal, ya sabes como anda estos días.
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Yoongi miró hacia ambos lados esperando que nadie lo viera. Escondió el sobre en sus bolsillos, acomodó su boina y con mucho sigilo se introdujo al lado verde, donde se escondería detrás de los troncos de los arboles, y miraba con cuidado de no ser descubierto.
¿Por que en pleno otoño se encontraba sudando?
Bufo. Ya hasta olvidó porque accedió a hacer esto, lo único que ganaba era cansarse y ganarse burlas sobre su estomago frente a sus amigos.
Me debes una grande Kim.
Limpio con la manga de su blazer el sudor que nacía debajo de su cabello negro en su frente, pero cuando por fin vio el nuevo lugar donde estaba el castaño se acercó rápidamente.
