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Los arboles llenos de colores que estaban fuera de su casa le confirmaban que el invierno había acabado. Por fin, La primavera venía a colorear sus días. No más frío, no mas estornudos y sobre todo: No más mocos... Por fin tranquilidad.

Pero claro, no todo podía ser perfecto, si llegaba la primavera, comenzaban nuevamente las clases.

Que estupidez.

— Hija cuando bailes debes tomar tu vestido de esta manera — La voz de su mamá se hizo presente. Volvió a repetir la grabación de la melodía y Somi regresó a su posición inicial del baile.

Jungkook a veces se quedaba mirándolas pensando en cuan afortunado era de no tener que hacer eso. La mano de Somi temblaba.

— Hazlo bien — Insistió — Si no luces como una dama nadie te pedirá matrimonio. ¿Quieres ser una solterona fracasada toda la vida?— Su hermana negó.

—  Comienza a bailar como te enseñé.

Jungkook se levantó, cansado de verlas para comer una manzana.

Ya habían pasado algunos días de la visita que le había hecho al mayor, Y no iba a negarlo, quería volverlo a ver pero se rehusaba a ser el que lo buscaba de nuevo, Taehyung tenía pies y podía visitarlo también.

Quería comenzar a leer algo nuevo, pero los libros de su madre comenzaban a acabarse, y quería guardar para poder leer más adelante.

La puerta de su casa fue golpeada, y emocionado corrió a abrirla. No era Taehyung.

— Buenas Tardes, ¿Está Jeon Jungkook? — preguntó un muchacho, el cual tenía en su bicicleta una caja con varias cartas.

—  S-Soy yo. — El muchacho le hizo una pequeña reverencia con la cabeza y se giró a buscar un pequeño sobre.

— Esto es para usted — le entregó un sobre, en donde podía ver la hermosa caligrafía plasmada en el amarillento papel.

-— ¿Para mi? —dijo asombrado mientras recibía el sobre — Gracias.

— Con gusto -— repitió la reverencia con la cabeza, para después pedalear fuera de la hacienda Jeon.

El castaño cerró la puerta emocionado. No había sido Taehyung, pero en definitiva este sobre era de él.

"Para Jungkook"

Sonrió.

—  ¿Quién era? — su madre preguntó a lo lejos.

— Solo era alguien vendiendo chatarra, Nada importante — y después de decir eso, corrió hasta su habitación.

Abrió el sobre con delicadeza, evitando que se rasgara. Sacó una hoja doblada en cuatro, y en esta no había un párrafo grande como esperaba, había algo tan simple como.

"Te espero en la entrada de mi hacienda a las 17:00, lleva una linterna si es posible."

Era todo lo que decía.

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Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora