Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗

03.

La hacienda de Jungkook


--


— Kookie — entre sus sueños la voz de su hermana chillaba — ¡Kook! — ¿Alguien le podía decir que se callara? No fue hasta que sintió una almohada golpear su cara — ¡Jungkook! ¡Mamá ya sirvió el desayuno! — gritó y susurro un "Bendito sea dios", Frase que había copiado de mamá.

Aún medio dormido se levantó.

Se miró al espejo, arregló su cabello despeinado y vio sus ojos grandes, eran horribles.

— Buenos días madre. Somi. — asintió mientras se sentaba en la mesa — Somi hoy me pego un almohadazo madre, creo que esa no es una conducta de señoritas.

Habló el menor fastidiando a su hermana.

— ¡Kook! — grito su hermana — Madre no es cierto, Jungkook esta mintiendo.

El menor se rio, y alcanzó un pan para empezar a comerlo.

— Ya, dejen de pelear, A veces parecen perros y gatos — dijo cansada.

— No quiero ir a la escuela hoy — Dijo recibiendo una mirada cargada por parte de su madre.

— Jeon Jungkook, ¿Cómo puedes decir esa barbaridad? — Alegó.

— Es que es aburrido madre, aprendo más de los libros que de esas estúpidas clases.

Somi y su madre abrieron los ojos ante su palabra subida de tono.

— Coge tu tablero, y vete para la escuela — dijo indignada.

Jungkook rodó los ojos y se levantó. Se puso su bufanda y guantes ya que el día de hoy había nacido más frío que nunca.

Su caminó era entre arboles desnudos, y una capa blanca y brillante por todos lados.

Frotaba sus manos entre sí para no sentir frío.

Maldito invierno.

— Vaya, Vaya... — su cuerpo se erizó al oír esa voz, Levantó la cabeza para encontrarse con el que menos desearía.

Al ver que no le decía nada, quiso evitarlo y seguir su camino.

— Hey, ¿Qué no ves que te estoy hablando? — lo detuvo y apretó su brazo con fuerza.

— ¿Qué quieres? — dijo serio, no dándole el gusto de verlo con miedo.

— Nada, Simplemente te vi y me fastidiaste.

— Siempre pensando en mí — hizo una mueca — Es un honor estar en tu cabeza siempre Daniel, Pero... — lo miro de arriba a bajo — No eres mi tipo. Ahora suéltame.

El mayor se rio.

— ¿Te crees muy gracioso ojos de pescado? — supo que había tocado un punto débil del menor — Nunca me fijaría en alguien como tú, Tan... Feo — fingió tener ganas de vomitar — Tan bajito y apestoso.

La confianza que había tenido hace unos segundos se esfumó por completo.

— No seas ridículo Jungkook — dijo victorioso — Mejor no vuelvas a la escuela, Le fastidias a todo el mundo.

Lo soltó, Y entre sus dedos se habían enredado telitas de su bufanda, Lo que hizo que la prenda cayera en el riachuelo.

— ¡No! — grito, tratando de atraparla, pero fue en vano. Daniel al ver la escena comenzó a reír — ¡Dame la tuya! 

— ¿Que?

— Que me des la tuya imbécil — habló furioso, era lo único que quedaba de su padre, y ahora estaba en un riachuelo.