01.

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Los copos de nieve comenzaron a colorear cada espacio de un blanco hermoso.

El caballo frente a mi apenas y temblaba al sentir el frío colarse por su cuerpo.

— Sh... — acaricié su trompa con mis manos — Aquí no entrará en frío Lin — Murmuré.

— ¡Joven Kim! — la voz de la señora Kang me asustó, Y de inmediato me giré para verla — ¿Qué hace aquí con este animal? — dijo algo molesta.

— Está comenzando el invierno, Creí que tendría frío... — Apreté los labios para volver a mirar al caballo color café — A papá se le olvido traerlo a la caballeriza, y quise ayudarle — Oí el suspiro de la mujer.

— Mañana empezará su clase, ¿No cree que debería alistarse? — acomodó el delantal sobre su vestido color azul oscuro.

— Señora Kang, Tengo mucho tiempo para hacerlo — Me excusé — Además no hay mucho que organizar.

— No deje para mañana, lo que puede hacer hoy, Joven Kim — Dijo antes de irse.

Mañana entraré a la escuela... Me alegra el hecho de que mi padre lo hubiera  permitido, pero estoy nervioso porque en mis diecisiete años de vida nunca he tenido mucho contacto con la gente, me abruma tan solo el hecho de pensar que tendré que hablar con gente de mi edad.

Sentía una emoción invadirme en el pecho.

Bajé mi bufanda para volver a acariciar a mi caballo, este solo relinchó y continuó comiendo su heno.

— Mañana te contaré como me fue en la escuela Lin — Sonreí antes de besar su trompa y correr hasta mi casa.

— ¿Dónde estabas? — La voz de mi madre me recibió.

— Con Lin, quería acompañarlo un poco — mi madre se rio.

— Los animales no necesitan compañía hijo — se limpio sus manos en su delantal — Prende las velas de la mesa y llama a tu padre para comer.

— Si madre — Con dos delgados fósforos amague a prender dos velas, las metí en los quinqués y los dejé sobre la mesa. 

La llama encerrada en el quinque de vidrio me recordó lo hostigante que era estar atrapado en un solo lugar, pero no tenía tiempo para pensar en eso. Subí las escaleras y en la entrada del estudio de mi padre golpee suavemente y en un susurro le avisé que la cena estaba lista.

A los cinco minutos del llamado los tres ya estábamos sentados en la mesa.

Mis padres comenzaron a hablar como era de costumbre y yo por respeto no opinaba.

— Las cosechas en esta temporada bajaran, pero no importará — metió un pedazo de carne a su boca — Porque las cosechas de los meses pasados nos han dejado buen dinero — mi madre sonrió y le acarició la mano, Ella tampoco podía opinar sobre los ingresos de nuestra casa.

— Hijo — llamó — Te compré un Tablero grande, y varias tizas para que puedas escribir todo lo que quieras en clase.

Abrí los ojos, y una sonrisa se ilumino en mi rostro.

— ¿A mí? — Apreté la cuchara en mis dedos mientras analizaba el rostro de mi padre.

— Mañana comienzas clase ¿No es así? — Tragó la poca comida que le quedaba en la boca — Mi hijo debe usar las mejores cosas.

— ¡Muchísimas gracias padre! — dije con euforia olvidando un poco las reglas — Estoy muy, muy emocionado por entrar a la escuela — corte un pedazo de carne, pero no me la metí a la boca pues estaba hablando — Sé que, aunque se me hará complicado convivir con más personas daré mi mejor esfuerzo, agradezco mucho el hecho de que me dejes estudiar y-

Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora