16

2.1K 314 120
                                    

— Hijo — Taehyung caminó hacia donde lo llamaban —¿Puedes decirme que hora es?. — Su hijo sacó su reloj de bolsillo y se tomó su tiempo para entender que hora era según las dos flechas de su reloj.

— Um... si no estoy mal, faltan diez para las cinco. — al decirlo, vio como su mamá se preocupó.

— Ya está oscureciendo y tu padre no vuelve del pueblo... — Se limpió las manos en su delantal y se acercó a la ventana — ¿Podrías prender los candelabros y los quinqués, Tae?

— Claro — cogió la cajita de fósforos, y tomándose su tiempo, iluminó la sala, cocina, y los quinqués de la entrada de la casa. 

— ¿Estas bien Tae? — su mamá dejó de ver por la ventana para concentrarse en su hijo.

Llevaba unos días cabizbajo, y silencioso, bueno, más de lo normal. Su instinto de madre le decía que su hijo ocultaba algo. Caminó hasta donde él.

— ¿Quieres hablar conmigo? — su hijo aún no la miraba. — Mamá se pondrá triste si no le cuentas lo que te pasa.

El de cabellos ondulados suspiró.

— No quiero casarme con una extraña — confesó bajito.

— Cariño, Ya te había dicho que eres libre de elegir.

— No, eso no es cierto — ahora si la miró — Mi papá ya hizo un acuerdo con ese hombre, él lo hará.

- Pero igual faltan dos años para eso —  trató de calmarlo — Para ese entonces ya estarás en la universidad — Tomó su mano — ¿Por qué no invitas a Jungkook mañana?.

Taehyung se encogió al escuchar ese nombre.

— Hace una semana que no se ven ¿Se pelearon? — preguntó.

El menor evitó la mirada de su madre, mientras jugaba con la esquina de su chaleco oscuro. Era verdad, Desde la noche en que durmió en la casa de Jungkook, no habían vuelto a verse. Pero es que ese día habían sucedido tantas cosas, había sentido algo indescriptible, y era una situación que no podía controlar.

Si, estaba evitando ver al menor por el simple hecho de que había un pensamiento en especial que le estaba molestando, se negaba a decirlo en voz alta, se negaba a contarle si quiera al mismísimo aire lo que rondaba por su cabeza diariamente.

— No nos peleamos — respondió casi en un murmuro — Se me había olvidado visitarlo — forzó una sonrisa — Igual, no quiero molestarlo, de pronto está ocupado.

— Esta bien — dijo no tan convencida de las palabras de su hijo, pero no quería presionarlo — Invítalo a la casa cuando quieras ¿Bien?.

asintió.

Cuando su mamá volvió a su tarea en la cocina, Taehyung cerró los ojos. Estaba agotado mentalmente. Necesitaba aire.

— Voy a salir. — avisó.

— ¿A donde irás?.

— Hace mucho no veo a Lin — A él si lo había olvidado realmente. Su único compañero en los últimos años, seguro lo extrañaba.

Tomó su abrigo y sus guantes para empezar a caminar en medio la nieve, esa que avisaba que aún quedaba mucho tiempo para que se fuera.

Cuando llego a la caballeriza, Vio a su amigo.

—Oh Lin —sonrió y lo abrazó y el animal  comenzó a moverse inquieto. — ¿Cómo has estado Lin? ¿Me has extrañado? — acarició su cabeza, y cuello.

Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora