No había salida... Realmente, nunca la hubo, ni la habrá.
Habían estado en una burbuja creada con jabón barato, que con solo un pequeño toque explotó dejándolos a la deriva, dejándolos con solo segundos para escapar y crear una nueva, pero a veces por más que intentes y remojes la varilla dentro del jabón no habrá una nueva de esta.
Quiso creer que, al igual como había sucedido últimamente, encontraría una solución, encontraría una manera de no dejarse ganar por su padre, pero no fue así.
Sus pies se hundían en la nieve blanca que rodeaban la hermosa casa de dos pisos, tenían un jardín grande pero que por la época no se podía disfrutar su belleza, hoy el día no había sido tan oscura, el cielo estaba claro a pesar de ser más de las seis de la tarde y sin pensar demasiado con su pie hizo una marca en la nieve, una pequeña "J".
Suspiró.
— Tae — Una voz femenina lo llamó desde la entrada de la casa, borró rápidamente la marca sobre la nieve, se giró sonriendo.
— Sana, no deberías estar aquí afuera — Dijo preocupado.
— Eso debería decirte a ti — Sonrió — Vamos, Nam ya preparó la cena.
No se movió de su puesto, no al instante.
Admiró unos segundos la luna que estaba cubierta por algunas nubes y dejó que el vaho que salía de su boca se mezclara con el aire. Inhaló el frío haciendo que sus fosas nasales dolieran.
— Hoy hace un año... — Murmuró — Fuiste testigo de cómo ambos rogábamos por un poquito de piedad, sin embargo mira donde estoy — Reclamó al gran astro sobre él — Fue despiadado de tu parte y no te lo perdonaré...
Metió sus manos a los bolsillos de su abrigo mientras se daba la vuelta para ingresar a la casa, el cambio de temperatura fue notorio cuando dejó sus zapatos en la entrada y la calidez del interior arropó en su cuerpo. La casa contaba con una gran chimenea, y esta daba bastante calor, solo al primer piso, claramente.
— ¿Otra vez hablando con la luna? — Lo recibió un moreno alto.
— Reclamando, más bien — Sonrió.
Hace un año, cuando Jungkook fue arrebatado de la manera más cruel de su vida, su padre no soportó el hecho de verlo en casa, no cuando el "pecado" le acechaba. Es por eso que decidió llevarlo a Japón, a Okayama con más precisión y, ¿Por qué a ese lugar si aún no estaba lista la boda con la hija de los Seo? Sencillamente ahí estaba el hijo de su gran amigo Jichul.
Kim Namjoon junto a su esposa Sana Minatozaki, lo recibieron con amabilidad, y aunque nunca le hicieron mala cara, sentía que fue a fastidiar su vida matrimonial, la incomodidad que sintió los primeros meses era indescriptible, solo estaban los tres, si salían lo invitaban, y lo peor, la pobre chica tenía que lidiar con él y su nulo conocimiento acerca del idioma japonés.
Claro que eso ha cambiado, ya no se sentía tan horrible, ambos habían hablado con él dejándole claro que no les molestaba, que antes él era una persona que no dejaba que se volviera monótono todo, había mejorado en un gran porcentaje su idioma y gracias al cielo había conseguido trabajo.
Su "Comprometida" llegaría este año, Soojin ya tendría la edad mayoritaria y podría casarse con él. Según lo que decía una carta que su querido padre había enviado unos días atrás, La familia Seo compraría una casa en Okayama y estarían con ellos por algunos meses, en conclusión, estaban por venir días oscuros a su vida
La pareja frente a él tenía el conocimiento sobre sus sentimientos por aquel castaño, Taehyung no había hablado mucho de él frente a ellos ya que no quería que lo empezaran a ver de mala manera o que llegaran a juzgarlo pero su padre no había guardado su lengua cuando llegaron.
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Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗
Fanfiction- 𝐒𝐈𝐆𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐗 - Rosas, libros, bufandas y bálsamos... Objetos tan sencillos y sin gracia que encierran el amor de dos corazones enamorados, pero que sólo servirán para recordar los pequeños momentos juntos. Solo la oscuridad nos esconde de la...