[ 32 ]

1.6K 240 140
                                    

Su cara estaba hundida en la suavidad de la almohada, su cama estaba fresca y la ventana de la habitación dejaba entrar el aire con olor a tierra mojada.

Despertó lentamente mientras se estiraba en la cama. Sus ojos capturaron el techo, era de madera oscura, y le recordó que ya no estaba en esa casa.

Por algunas partes sentía tranquilidad el saber que al salir de la habitación no vería a su padre, pero por otro lado sentía un vacío en su pecho, y su cabeza martillando sus pensamientos. Había dejado a su madre sola, había dejado a Jungkook sin respuesta o sin siquiera una despedida.

Ya había enviado cuatro cartas ¿Por que no obtenía una respuesta? Si, se demoró en buscarlo, pero realmente lo hizo lo más rápido que pudo.

¿Yoongi si le estaba enviando las cartas? ¿Jungkook lo odiaba tanto que no las leía?

Hizo un puchero al ver como sus pensamientos se estaban poniendo en su contra.

— Tok, tok, tok — La puerta fue golpeada al tiempo que la voz de su primo se oía al otro lado — ¿Ya estas despierto Taehyungie?

Suspiró y apretó los ojos.

— Si, pasa — alzó la voz para que pudiera escucharlo.

— Buenos días — Saludó con una sonrisa.

— Buenos días — respondió. Se levantó tranquilamente y acomodó su cabello hacia atrás.

— Creo que es hora de que cortes tu cabello, pareces un loco — recalcó Seokjin.

— Estoy loco — se burló de sí mismo — Pero si, ya es hora de cortar mi cabello — jugó con las ondas en su cabello, enredando algunos mechones en su dedo.

— Baja a desayunar — Le invitó, a lo que Taehyung asintió para comenzar a caminar juntos a la mesa.

— Jin, ¿Ha llegado alguna carta? — preguntó con un poco de esperanza.

— No Tae, lo siento — negó con la cabeza esperando que la próxima vez que su primo pregunte poder darle una respuesta positiva.

— No pasa nada — Sonrió — No lo culparé si no responde, tiene sus razones para estar enojado.

— ¿Te gustaba tanto? — preguntó su primo levantando la taza para llevarla a sus labios y degustar del café que su madre había preparado.

Taehyung asintió arrepintiéndose de darse el tiempo para recordar algunos momentos junto al castaño.

— Demasiado — Respondió con melancolía. Su primo ya tenía conocimiento de lo que pasaban entre ambos, ya sabía sus sentimientos por aquel chico y en ningún momento lo señaló o lo juzgó, simplemente... le sonrió y lo acarició la cabeza.

La neblina que se había formado al rededor de él, empezó a esfumarse cuando sus oídos captaron una melodía movida desde la sala, era alegre y era acompañada por unos aplausos que pronto llenaron la cocina.

Una mujer con un vestido amarillo bordado con algunas margaritas le sonrió a los menores, Su cabello estaba suelto, libre de acompañarla con sus movimientos eufóricos, sus manos agarraban algunas esquinas de su vestido y lo meneaba para formar figuras hermosas con los velos.

Su estado de animo era tan fuerte que logró sacarle una sonrisa a su sobrino.

Cuando la melodía acabó ambos aplaudieron para reconocer sus hermosos movimientos. Su tía jadeó, se había dejado llevar por sus sentimientos y olvidó que era la adulta de la casa.

Taehyung sonrió. Los últimos meses habían sido tan tranquilos, tan alegres que deseaba quedarse ahí por mucho tiempo.

— ¿Qué tal quedó mi desayuno? — preguntó su tía Sowon.

Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora