¿Puedes decirme al menos una vez que nunca me dejarás?
Tengo miedo de perderte.
¿Te recostarías a mi lado?
No habrá más miedo si te quedas a mi lado.
Miró su reflejo en el espejo, mojó su cabello un poco y con esperanza de que tomara un poco de forma lo mandó hacia atrás.
Rodeó la cama y besó la cabeza del menor.
— Nos vemos en el almuerzo — murmuró recibiendo un sonidito de afirmación.
Llegó a las siete de la mañana en punto, si hablamos de puntualidad Taehyung era el primero en ello. La mañana no fue muy diferente a las anteriores, se vendía lo que se podía, y se lidiaba con su jefe como bien lo había aprendido.
— Hey Tae — Minkyu lo llamó, dejó la tela que estaba doblando para girarse y mostrar su atención hacia el hombre.
— Dígame.
— Ya que hoy es viernes... Tienes el día libre, cuando llegue la hora de tu descanso a las tres, puedes quedarte en casa — sonrió.
Arrugó su frente sin entender.
— ¿Por qué haría algo así?
— Has trabajado muy bien y mereces ser... Recompensado.
— ¿Después me hará trabajar el doble? — cuestionó dudoso. El hecho de que le diera casi cinco horas libres tenía un costo y eso lo sabía.
— Claro que no, ya te lo dije, lo mereces — se apoyó en el mostrador.
— No me molesta trabajar mi horario completo.
— Pero yo tengo cosas que hacer, es por eso que te estoy dando la tarde libre — lamió su labio inferior — Si el jefe de otros empleados les dijera esto estarían saltando en una pata ¿Por qué no lo aceptas?
Suspiró y no lo pensó más.
— De acuerdo, gracias — volvió a su tarea.
Pero aunque trataba de buscar razones detrás de las palabras del hombre no encontraba nada, algo no cuadraba... y eso lo inquietaba.
La dichosa hora de descanso llegó cuando menos lo pensó. Minkyu le deseó suerte y sólo pudo forzar una sonrisa. De regreso a casa entró a una floristería dejándose cautivar por el aroma natural que estas demandaban.
— Esas por favor — señaló, mientras de su bolsillo sacaba algunos billetes.
— Rosas rojas — entregó en un hermoso ramo y una cinta morada — Es afortunada la chica, siento envidia — habló la señora mayor con una sonrisa en los labios al recibir el dinero — El amor es hermoso ¿No lo cree joven?
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Para mi no eres Prohibido {KTH+JJK}. 𝐒𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐗𝐈𝐗
Fanfiction- 𝐒𝐈𝐆𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐗 - Rosas, libros, bufandas y bálsamos... Objetos tan sencillos y sin gracia que encierran el amor de dos corazones enamorados, pero que sólo servirán para recordar los pequeños momentos juntos. Solo la oscuridad nos esconde de la...