35 | Celosa.

50.9K 2.9K 3.6K
                                    

La canción de arriba, la escuché y me hizo mucha gracia, además me hizo recordar mi "infancia", en fin espero que disfruten el capítulo xd.

HANNAH HUDSON

¡Hannah!

Despierto sobresaltada y algo asustada, volvieron las pesadillas y cada vez queda menos.

Me vuelvo a echar hacia atrás recostando mi cabeza en la almohada, cierro mis ojos inhalando hondo antes de voltear a ver a Alex, sigue dormido.

Suelto un suspiro acomodándome, dejando una mano debajo de mi mejilla mientras me gano de lado detallando a Alex dormir.

¿Por qué debe ser tan sexy y hermoso a la vez? Se debería considerar un pecado, su rostro es perfectamente hermoso y creo que nunca me cansaré de detallarlo, su cuerpo es ¡Dios! Ni palabras tengo para describirlo.

Anoche, cierro mis ojos tragándome las lágrimas. No me gusta llorar, no me gusta tener quiebres, sin embargo siempre estarán presentes es algo que simplemente no se puede ocultar aunque lo deseemos, ya que ocultándolo nos hacemos más daños.

Abrirme con Alex fue un paso que le suma confianza a nuestra extraña relación.

Refriego mi cara contra la almohada queriendo seguir durmiendo, sin embargo debo levantarme. Mis clases hoy empiezan a las tres y terminan a las cinco, las chicas probablemente ya estén allí, además no sé qué hora es.

Vuelvo a abrir mis ojos encontrándome con un exquisito italiano.

Alzo mi mano quitando un mechón de pelo que caía sobre la frente de Alex. Me apoyo con mi codo estirándome, para dejar un beso en su mejilla antes de levantarme, no vuelvo a mirar, ya que si lo miro probablemente vuelva acostarme a su lado.

Salgo de su habitación y miro a mis alrededores cuando escucho ruido proveniente de abajo, sigo avanzando hasta bajar las escaleras encontrándome con un olor extraño ¿Cebolla quemada? Avance a la cocina encontrándome a Dylan raspando un sartén con un cuchillo.

—Oh —me mira — ¿Cómo estás, Lola?

Me río — ¿Qué haces?

—No me ves que cocino —señala el sartén quemado.

—No soy la persona perfecta de la cocina, pero estoy segura de que no deberías estar ocupando el cuchillo vas a dañar el sartén.

Dylan ríe negando.

—No te quejes, aquí los únicos que saben cocinar son Luke y Jack, uno está en la universidad y el otro debe estar por llegar.

No sabía que Jack supiera cocinar. Me acerco a las ventanas abriéndolas para que salga el maldito olor.

—Bueno, entonces suerte.

Retrocedo a la puerta lista para irme.

— ¿Alex sigue aquí? —pregunta Dylan.

Volteo a mirarlo. Y ladea la cabeza en espera de respuesta.

—Eh, sí.

Dylan exagera abriendo su boca en una gran O.

—Mierda, tenía un examen hoy a las diez —se apresura a la habitación de Alex.

— ¿Y qué hora es?

Grito detrás de él. Este apartamento no tiene ningún maldito reloj en las paredes.

—Van a hacer la una de la tarde, mierda —grita subiendo las escaleras.

Por Nosotros© ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora