Por Nosotros© ✓

48 | Cartas.

HANNAH HUDSON

"El cuerpo me dolía y mis ojos se me hacían pesados cuando los entreabro, mi brazo y mano derecha parecían arder como si estuvieran al frente del fuego, me removí inquieta viendo todo por pasar por al frente de mí.

Todo era negro y solo visualizaba las siluetas como también oía las voces.

—Pequeña.

Thomas.

— ¡Ah!

El llanto de Ámbar.

—Lo sentimos, no la encontramos.

La policía.

—Todo es tu culpa.

Jack.

—Tranquila, cariño.

Mi mamá.

—Llora todo lo que quieras. Estamos para ti.

Naomi.

—Somos todas para una y una para todas.

Liv.

—Stellina.

Alex. Mi italiano.

—Es Ámbar, Hannah, es tu hija.

Anna.

El aire me empezaba a faltar, me veía más que derrumbada herida, lastimada y sin ganas de seguir. Un pitido agudo se apoderó de mi cabeza, me llevé las manos, sabiendo que se aproximaba otra pesadilla. Otro escenario.

Ella está viva.

Debo despertar, debemos despertar"

**

Me siento en la cama automáticamente, como si hubiera sido un robot programado me levanto y corro al baño sintiendo a alguien seguirme, levanto la tapa del retrete al sentir la bilis subir para luego ser expulsada con tres horribles arcadas mientras las lágrimas no tardaron en aparecer. Era todo real.

Sujetan mi pelo y reconozco el aroma de Alex cuando se inclina pasándome papel y sobando mi espalda.

Miro mi mano notando una venda manchada con un poco de sangre. Es como un golpe más grande que me trae de regreso a la realidad. El llanto me toma por completo obligándome a echarme hacia atrás ahogada.

No quería más.

—Tranquila.

Alex me abraza haciendo que hunda mi rostro en su pecho cuando me atrae hacia él. Me es imposible no sentirme más protegida y segura en sus brazos, mientras intento aferrarme a que nada es real aun cuando sé lo contrario.

A pesar del ardor que siento en mi garganta me obligo a sacarme de una duda absurda.

—Dime que todo fue una pesadilla —ruego al sollozar —Por favor dime que no está viva, Alex.

Pasa saliva y me estrecha más entre sus brazos, siento movimiento en el baño cuando le dan a la cadena del retrete y bajan la tapa. No quiero salir.

—Alex...

—Está viva, Hannah —niego contra su pecho y sube la mano acariciando mi pelo —Hannah mírame.

Toma mis mejillas obligándome a mirarlo. Noto por el rabillo de mis ojos que es Liv quien está con nosotros.

—Oye, sé que será difícil, pero hay cosas que pasan y que debemos aceptar —me besa la frente.