40 | Amigo.

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ALEXANDER BIANCHI

—Alexander debes salir de tu habitación —grita Luke a través de la puerta.

Ya me tiene fastidiado.

—Vete a la mierda, ya te dije que estoy vivo —le grité de vuelta.

No he salido del departamento, de mi habitación salgo algunas veces en la noche en busca de comida aun así sé que estoy más delgado y ojeroso, sin embargo mi atractivo sigue estando. No quiero y quiero ver a Hannah, pero cada vez que cierro los ojos veo algo de ella.

Su sonrisa.

Sus ojos.

Su nariz.

Sus cejas.

Sus labios.

Su pelo.

Su cuerpo.

Y sí, estoy enamorado hasta las patas como dijo Dylan. El amor no es perfecto, pero tampoco es el fin del mundo aun así duele y ese dolor a veces no tiene comparación.

La extraño, quiero volver a verla y sentirla.

Con la única persona que he mantenido una conversación de más de cinco minutos es mi mamá, a todos los demás los mande a la mierda o simplemente rechace la llamada.

— ¡Alexander abre la puta puerta ahora! ¡Llevas encerrado ahí siete malditos días! —sigue vociferando Luke.

No entiendo como unas palabras y como unos sentimientos pueden alejarte de una persona en segundos, me pongo a pensar ¿Qué hice mal? Nada, solo dije la verdad y lo que sentía ¿Por qué mierda me pide que me aleje? Sé que hay cosas que a ella le cuesta superar, pero quizás podríamos haberlo superado juntos.

Volteo mi cabeza hacia la puerta cuando escucho el ruido que hace la motosierra, tapo mis oídos y a los segundos veo como la motosierra atraviesa madera que está alrededor de la chapa de mi puerta ¿Pero qué mierda?

La puerta se abre y Luke entra como si fuera el dueño de la habitación. Deja la motosierra en el suelo acercándose a mi cama.

—No —me quejo —Aléjate.

Se agacha a la altura del colchón antes de alzarlo haciéndome caer al suelo por no levantarme.

—Menos mal eres mi mejor amigo y no mi enemigo —alego.

Sonríe —De nada.

Agradezco al verlo retroceder hacia la puerta me levanto y acerco a la puerta para ver si aún la puedo cerrar, pero antes de que alcance a ver a mi puerta Luke vuelve a entrar.

—Comete todo esto —deja una bandeja encima de mi escritorio —Te ves desnutrido.

Se acerca a las ventanas abriéndola mientras yo me dedico a observar la puerta e intento cerrarla viendo que es imposible.

—Me debes una puerta nueva.

—No exageres es la pura chapa —se encoge de hombros apoyándose en la pared —Además no es mi dinero, es el de tu papá.

—Pero tú dijiste que se lo devolverás si en algún momento gastas —le recuerdo.

—Pero por esta vez haré una excepción.

Me acerco a la bandeja y tomo una taza con café junto a un sándwich de jamón. Me vuelvo a sentar en mi cama, distraído del mundo.

—Péscame —pide Luke sentándose a mi lado.

— ¿Qué decías?

—Báñate para que salgamos a la noche necesitas distraerte y buscar otras chicas, Alex.

Por Nosotros© ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora