Extra.

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(Tres años antes del epílogo aprox.)


HANNAH HUDSON.

—Liv, estamos listos.

—Si no están listos te voy a putear a ti y a Alex por una hora, Hannah —alega Liv. —Fíjate que Luke ya me hizo enojar.

Ruedo mis ojos.

Ustedes se molestan por todo —escucho a Luke de fondo.

—Solo apúrense —digo —Y no hagan parada —corto la llamada.

Hoy es Halloween y no las hemos arreglado para poder salir. Alex está abajo con las chicas con su disfraz de conejo que me hace mucha gracia porque es un simple pijama que compro por ahí.

Termino de arreglarme y me veo en el espejo.

Tengo el pelo tomado en una coleta alta, mis ojos se ven más achinados por el maquillaje, tengo un top de tirantes blancos –sin brasier por lo que se me marcan mucho los pezones–, tiene el logo de los looney tunes por delante y atrás tiene en número 10 junto al nombre Lola. Tengo un short que tiene una cola de conejo y es tan corto que se me llegan a notar las nalgas.

Sonrió lamiendo mis labios. Me veo sexy y follable.

Tomo un bolso pequeño donde solo llevo lo necesario. Me pongo encima una sudadera, ya que no quiero que las niñas me vean así, además, contratamos a una chica de la universidad para que las cuide por esta noche.

Bajo las escaleras y saludo a la chica que está en la cocina antes de salir a la terraza donde esta Alex jugando con Ámbar mientras que Stella está en su andador.

Ámbar es la primera en verme y corre hacia mí –siempre lo hace, cada vez que me ve y he pasado minutos lejos de ella. Ella corre hacia mí y lo amo– la tomo entre mis brazos siento que está tan grande y solo está por cumplir cinco años.

—Me gusta el disfras de Ale —dice y corro los mellones de pelo de su cara.

Siempre anda tan despeinada.

— ¿Está bacán, cierto? —beso su mejilla.

Ella asiente —Es peludito el disfras. Sabes que papá va a adotar un perro, dijo que este fin de semana iremos juntos.

Mis ojos se abren.

Eso no lo sabía y Oliver no me lo había dicho, ni se le ocurrió mencionarlo la última vez que vino a dejar a Ámbar. Un perro es algo complicado cuando Ámbar esta tan pequeña, la puede morder, rasguñar y crearle una infección. Hay tantos riesgos.

Ámbar parlotea un poco más antes que la suelte cuando me dice que me va a enseñar algo.

Me acerco a Alex que tiene a Stella contra su pecho dejando que esta chille encima de él.

—Ma —dice. Y esconde su carita en el pecho de su papá.

Hace unos meses que cumplió los dos años y Alex la mima a cada rato cumpliéndole todo lo que quiere. Mientras que yo parezco maléfica intentando ponerle un alto a Alex y a Oliver a veces se pasan de consentidores, ya que eso nos puede traer problemas a futuro.

En especial con Ámbar. Mi niña no tendrá frenos.

— ¿Dónde está mi Stella?

Me inclino y beso su melena tomándola en mis brazos para llenarla de besos porque se me hace la beba más gordita y rica del mundo.

Por Nosotros© ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora