37 | Egoísta.

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HANNAH HUDSON

"Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "..."

Sus palabras se repiten y hacen eco por todo mi sistema mientras yo creo que estoy empezando a tener un estado de shock, se me ha acelerado el pulso y seguramente mis ojos están muy abiertos por no poder creerlo mientras sus palabras se siguen repitiendo como disco rayado.

"Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "Me he enamorado de ti" "..."

Mierda. Han sucedido tantas cosas estos últimos días, tantas emociones, tantos sentimientos. Mi corazón está demasiado acelerado que temo que en algún momento se detenga.

—Di algo, Hannah —pide Alex.

Doble mierda. Entreabro mis labios, pero nada sale, mis piernas creo que se convertirán en gelatina mientras me empiezan a sudar las manos, sus ojos grises son como dos destellos llenos de esperanza, una esperanza que yo puedo romper, pero ¿Qué mierda le digo? Si ni yo misma estoy segura de lo que siento, además tengo miedo.

—Alex —susurro —Eh, hablemos en otra parte por favor.

Mi voz salió temblorosa, Alex asiente sus ojos se apagan, se nota.

Me queda que dar un examen además me vine en mi auto, pero justo ahora todo me vale mierda.

Ambos nos subimos a su auto en silencio, Alex lo enciende y yo apoyo mi cabeza contra la ventana intentando controlarme. El corazón se me aprieta y mi mente se llena de pensamientos mientras me repito lo que no quiero.

No quiero sufrir.

No quiero volver a querer.

No quiero volver a amar.

Mierda. Ya es tarde, estoy sufriendo y hace alrededor de dos años que lo hago. Además quiero y ¿Amo? A Alex, pero eso no me quita el miedo.

Presiento a Alex nervioso e intranquilo mientras maneja, sus nudillos se ponen pálidos cuando tensa su mano en volante, sé y entiendo que debe sentir algo frustrado por no haberle respondido bien o que por lo menos le haya dicho que correspondía sus sentimientos, pero quedé tan sorprendida que no podía ni hablar.

Al llegar al departamento me bajo del auto en completo silencio con él siguiéndome al ascensor donde el sigilo sigue. Su pie da golpecitos al piso repetidas veces mientras se truena los dedos.

Y yo. Voy con la mente en blanco sin saber que putas diré, lo único que tengo claro es que no quiero. No quiero más de lo que teníamos.

Entramos a mi piso, ambos nos quedamos mirando con un silencio abrumador que nos hunde un momento angustiante. Abrí mis labios como unas cuatro veces para hablar, pero nada salió y Alex parece desesperarse más.

— ¿En serio no dirás nada? —cuestiona.

Bajo la mirada respirando profundo mientras intento decir algo.

—Alex... —me trago el nudo que se empieza a formar en mi garganta —Estamos tan bien, para qué complicarlo ¿Por qué quieres complicarlo, Alex?

Alza las cejas. — ¿Complicarlos, Hannah?

Me encojo de hombros, él da un paso hacia mí y yo retrocedo otro haciendo que Alex me mire extrañado y con sus ojos llenos de tortura.

—Dime solo una cosa —pide avanzando otro paso — ¿Qué sientes por mí, Hannah?

Por Nosotros© ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora