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24 | Angustia.

HANNAH HUDSON

— ¿Alexander? — dice alguien en un acento italiano interrumpiendo nuestro beso.

Alex se separa de mí tensándose al tiempo para voltear a la chica que nos interrumpió, es alta, pelo castaño con ojos verdes claros. Envidia. Tiene un estilo de moda que me recuerda a Naomi.

Ella alza las cejas cuando tomo la mano de Alex, el cual no dice nada simplemente observa a la chica.

— ¿Quién es ella, cariño? —pregunto sintiendo algo en mi interior quemar.

Ella me analiza de pies a cabeza, imito haciendo repasando su rostro perfecto, con facciones delicadas. Alex aún está en silencio, no me respondió nada por mi pregunta eso me pone algo nerviosa.

—Soy Caeli Caetani —se presenta ella con un perfecto inglés — ¿Y tú?

Mi cerebro procesa su nombre, es la perra de la que hablaban los gemelos Bianchi, es la ex novia de Alexander.

—Hannah Hudson, la novia de Alex —digo con indiferencia.

No estoy celosa. No obstante me siento extraña como si sobrara aquí, pero Alex no ha dicho ni una palabra, sigue tenso, serio y su mirada perdida en la castaña.

— ¿Novia? —pregunta ella como si fuera mentira, la cual es, pero para que decirle.

Alex parece volver en sí, porque asiente ante de mirarme.

—Vámonos.

No lo logro respondo, cuando ya está tirándome de mi brazo llevándome con él.

—Alex, parliamo per favore! —grita ella a nuestras espaldas.

Él se detiene por un momento intento analizar lo que ella dice aun así no entiendo. Alex vuelve a llevarme con él cuando yo volteo, noto que camina hacia el auto, gente nos mira por el posesivo agarre que tiene Alex en mi brazo. Y como que algo en mi mente vocifera "Que te explique qué pasa".

— ¡Suéltame! —grito cuando nos quedan pasos para llegar al auto.

Logro zafarme por microsegundo, pero Alex me toma más fuerte tengo el gran presentimiento de que sus dedos quedaran marcados en mi piel, una vez al lado del auto me trate de soltar de su agarre, pero Alex me empujo contra el auto haciendo que emitiera un quejido de dolor al chocar tan fuerte. Pero a Alex no le importó.

Me beso yo traté de separarlo, pero este no se separó de mí, yo estaba entre el auto y él. Y el beso se volvió salvaje, caliente y violento ¿Lo peor? Él estaba enojado y estábamos en la calle había gente viéndonos, su lengua recorría cada lugar de mi boca su mano derecha se encontraba en mi cadera y su mano izquierda en mi pelo tirando suavemente de él para tener más acceso a mi boca. Mis manos lo empujaron con fuerza.

—Alex para —ladro —Hay gente viéndonos —él gruñe molesto.

Abre la puerta del copiloto antes de rodear el auto para él subirse.

—Qué esperas sube —ordena.

Si supiera como llegar a su casa probablemente no hubiera subido, pero si lo hice su carácter el cual yo no conocía me estaba empezando a ser desagradable, subí dispuesta a encararlo y que me explicara todo.

Sin embargo, al momento en el que cerré la puerta y voltee para encararlo Alex me tomo de la nuca juntando nuestros labios, respondí porque también me gustaba y que él estuviera enojado y yo molesta me hacía recordar lo increíble que es el sexo modo salvaje, además, me deja llevar por la excitación. Olvidando lo esencial.