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09 | Jodidos consejos.

ALEXANDER BIANCHI

Dolor: Porque el pene me duele de deseo y mi hermoso rostro donde recibí la bofetada del siglo.

Excitado: Porque con Hannah nos dimos dos besos, muy calientes en un par de horas, además estaba casi desnuda en mi habitación. Fantasía prohibida, joder.

Enojado: Porque soy un idiota que sigue malos consejos. Jodidos consejos.

Esas son las palabras y razones que me definen en este momento de desánimo.

Todo sucedió muy rápido desde el momento en que hicimos el trato con Hannah, primero el beso abajo y después aquí en mi habitación. Cuando la vi recostada en el sofá en esa posición tan comprometedora me crecieron ganas de volver a besarla, ella me está provocando, en el momento que acepté el trato pensé en que lo iba a lograr, pero no, ella es demasiado provocadora.

Intenté ignorarla cuando la vi ya que tenía resentimiento por lo que ella había dicho  allí abajo con los demás. Ignorarla no sirvió de nada, su voz, como caminaba, la misma forma de hablar con insinuaciones me terminaron incitando hacia ella.

Me lance para besarla, quise ser rudo y excitante para luego mandarla a la mierda de una manera no muy caballerosa, termine todo caliente y con una bofetada en mi mejilla. Es incluso estúpido, pero que me haya golpeado me calentó mucho.

Todo por seguir los consejos de Jack. Maldito Jack.

Él muy imbécil de Jack me siguió luego de que me había ido del juego que me tenía mal, me lance a mi cama cuando él entró fue directo al punto, perfectamente había dicho:

—Alex, no le prestes atención es una mimada, le gusta que todo sea a su modo, le gusta tener el poder del control —me contó.

Yo en ese momento me sentí culpable, Jack es mi amigo y prometí mantener una distancia decente con su hermana.

—Jack, yo te prometí que me mantendría alejado de Hannah y sus amigas, pero Hannah es como una tortura —fui sincero con él.

Jack había sonreído y soltado un sonoro suspiro.

—La conozco, cuesta admitirlo, pero solo tienes dos opciones, follar con ella y hacer como si no hubiera sucedido nada o tratarla como una cualquiera, herirás su orgullo, su ego, y que se aleje —me explicó.

En ese momento quedé perplejo de sus crudas palabras hacia su hermana, incluso recuerdo que Jack rió de mí, ahora yo rio de él, ya que Hannah tiene un ego y orgullo más alto que el edificio Burj Khalifa, no sabía que decirle Jack por lo que él me siguió hablando.

—Hannah es mi hermana menor, la quiero, pero lamentablemente siempre fue complicada, dejada llevar a sus ideas y sin límites, una rebelde —siguió contándome.

En segundos mi cerebro procesaba la conversación, de corazón prefiero follar con ella porque me la sacaría de encima, pero no quiero sentir más cosas con ella además del deseo incalculable que siento.

— ¿Y si follamos te enojarías? —le había preguntado a Jack, rogando que dijera que no.

Jack empezó a mover sus piernas pasando ambas manos por su cuello, en un claro acto de tensión.

—Sí, me molestaría —respondió después de haberlo pensado —Me traería viejos recuerdos.

Eso hizo que frunciera el ceño y me acomodará en mi cama en ese instante.

— ¿Por qué? —le pregunté y hubo silencio.

—No es algo que yo pueda decir —suspiró —En algún momento puede que te cuente yo o ella, si se atreve, pero por el momento yo aún no puedo hablar de aquello.