34 | Más de mí.

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HANNAH HUDSON

El chico toma mi mano subiendo las escaleras que nos llevan a las habitaciones, caminamos hasta el fondo donde hay dos sin luz.

—Pasa —me pide.

Él entra detrás de mí. No demora en nada en quitarme la braga y recostarme en la cama, mi mente no para de recopilar otros recuerdos mientras intento concentrarme en Bass y la follada.

Procuro concentrarme en los dedos del chico tocándome mientras pase mis manos por su cuerpo, él baja el vestido sacando mis senos siento su lengua pasearse por mis pezones estimulándolos, cierro mis ojos cuando el chico me mira y en vez de ver sus ojos veo otros.

Todo sucede rápido nos besamos, nos tocamos, se pone el condón y me penetra empezando los movimientos, y yo sigo intentando concentrarme.

De repente todo se vuelve borroso y siento un gran pito en la cabeza, presiento como la bilis me sube haciendo que empuje al chico, no alcance a vomitar, pero si sigo teniendo el sabor amargo sintiendo la garganta rasposa.

— ¿Estás bien? —me pregunta poniendo una mano en mi espalda.

Una arcada se apodera de mi garganta, pero no expulso nada. Me levanto con las piernas temblando arreglándome el vestido dejando la braga tirada alejándome del chico que me mira extrañado.

¿Qué estás haciendo Hannah? ¿Qué jodida mierda estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo?

Es como si cayera en picada, pongo una mano en mi pecho sintiendo mucha adrenalina por más que lo intento no puedo regular mi respiración y siento como recuerdos de Italia y España pasan por mi mente recordando lo bien que me sentía con él, con Alex.

Salgo de la habitación y bajando las escaleras sintiéndome mareada, agradezco que el chico no me siguiera porque ni puedo hablar, hago el intento de encontrar mi voz, pero nada me afirmo de las barandas buscando con los ojos a Liv.

La busco entre el gentío sintiendo ahogada hasta encontrarla bailando con un chico, tomo su mano para que me note.

—Hannah —escucho mi voz a lo lejos —Hannah ¿Qué sucede?

Tomo mi rostro entre sus manos como si supiera que algo anda mal.

— ¿Estás bien? ¿Qué pasa? ¿Qué tomaste?

Niego.

—Sácame de aquí por favor.

Mi voz sale ahogada como si todo el alcohol se hubiera ido de mi sistema. Liv me mira extrañada.

— ¿Pero estás bien? —vuelve a preguntar.

Asiento, lo único que quiero es salir de aquí. Y no sola.

Nos encaminamos a la salida, siento los ojos lagrimosos como si fuera a llorar mientras la garganta aún me arde. Nos acercamos a mi auto, Liv me quita las llaves para ella manejar mientras me ayuda a subir al asiento del copiloto.

Ella al entrar, rebusca entre mis cosas encontrando una botella con agua gas, las tengo porque son de mis favoritas.

—Bebe un poco —pide pasándomela.

Siento que el agua con gas me irrita, pero a la vez me refresca. Liv me observa en espera de una explicación sin prender el auto para irnos.

—Perdón —murmuro — ¿Te he cagado el ligue?

Niega —Solo bailábamos, ni caliente me puso.

Sonrió sin poder llegar a reír. Lo que percibo en mi pecho no me deja en paz, me incomoda y me hace sentir mal.

Por Nosotros© ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora