II

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Margot

—No, señorita, su carro aún no está listo

Cerré los ojos aguantando las ganas de gritarle a aquel hombre.

—No puedo esperar más, hoy en la noche quiero que esté listo, ya son muchos días

—Estuvimos llamando a otras agencias por el repuesto indicado, hoy lo traen, hoy lo reparamos

—Eso espero, han tardado más de lo que deberían

—Le haremos un descuento por la espera

Molesta terminé la llamada. Otra vez tendría que viajar en transporte público, terminaba con los zapatos pisoteados y sucios; apretados, manoseados, incómodos, así se viajaba. Me compadecía de la gente que tenía que soportarlo todos los días, yo con unos cuantos ya no lo aguantaba y si eso fuera poco, todavía debía caminar de la entrada hasta la planta y no quedaba muy cerca que dijéramos, era el problema al haber varias empresas y su ubicación.
Ya me habían advertido que no llegara tarde una cuarta vez o tendría problemas, el primero desde que había iniciado y ya tenía dos años trabajando para aquella empresa.

Miré mi reloj por quinta vez en menos de dos minutos, faltaban cinco minutos para entrar y caminando no llegaba en cinco.

—Oye

Alguien gritó. Por mera curiosidad busqué con la mirada quién era la que gritaba. Noté un carro ir a la velocidad con la que yo caminaba. La chica que conducía me miraba a mí y al frente.

—Te hablo a ti

Me dijo, yo aún miré a mi alrededor, al no ver a nadie me señalé, ella puso los ojos en blanco.

—Te llevó, trabajo en el mismo lugar que tú

Ya sabía que trabajaba en la misma empresa, había empezado algunas semanas atrás, nunca le había visto hasta hacía una semana, Leonor Me habló de ella y posteriormente la señaló en la cafetería en el almuerzo. Se me había hecho familiar pero probablemente era porque ya la había visto antes y no le había puesto atención.
No me hice del rogar y subí a su carro, adentro olía a Coco y todo estaba muy limpio. No hablamos nada, bajamos del carro y nos dirigimos de inmediato al interior para marcar tarjeta. Nancy nos miró sospechosa pero bastó con que la mirara fijamente para que siguiera con su trabajo. Caminábamos por el pasillo cuando le agradecí.

—Iba a tener problemas si llegaba tarde otra vez

—Qué bueno que no será así

En ese momento recordé que había chocado con ella el día anterior ¡vaya cosas!

—Gracias de nuevo

Nos miramos, yo ni siquiera sabía cuál era su nombre, extendí mi mano.

—Margot Alas

—Francia Vega

Respondió tomando mi mano y estrechándola. Nos despedimos y cada una se fue a su área de trabajo.

—¿Qué hacías hablando con esa mujer?

Leonor preguntó sentándose frente a mi escritorio.

—Hablando nada más

—Pues parecía que se conocen desde hace mucho tiempo

—Estaba siendo amable

Sobre todo por salvarme de la llamada de atención que me iban a dar.

—Escuché que no fue amable cuando rechazó a Lucas

Me sorprendí por eso, Lucas erá de los tipos atractivos de la planta. Más de alguna quería la atención que Francia había rechazado, entre ellas estaba Leonor.

—Bueno, ambas sabemos que Lucas es un mujeriego y Francia se ve seria, es amable, pero seria

Leo puso esa cara con la que quería decir "¿en serio?"

—Mar, sólo hablaste unos minutos con ella ¿y crees que es amable? Sandra me contó que ni siquiera bromea con ellos. Fue amable contigo porque no te conoce, si te conociera no te daría ni los buenos días

—¡Oye!

—Tendrían que conocerte como yo para que supieran que tu genio es para que te tomen en serio ¡Si supieran cómo eres en la intimidad!

Alzó rápidamente las cejas y yo me sentí sonrojar.

—No lo digas así, cualquiera podría tomar mal esas palabras

—¡Lo pensaste mal!

Se rió.

—Lo que quiero decir es que en confianza eres muy diferente a cómo eres aquí en el trabajo

—Claro, ahora ve a trabajar

—Sólo unos segundos con Francia y ya no me quieres a mí

La miré escéptica hasta que se fue. Cuando lo hizo no pude evitar una sonrisa y negar con la cabeza.
Así que Francia había rechazado al atractivo Lucas, él le tiraba los perros a todo lo que se moviera. Aún seguía rondando alrededor mío.

Por la tarde fui a prepararme un café, en el oasis me encontré a Francia y... a Melissa Soler, no nos llevábamos bien, siempre que la veía tenía cara de pocos amigos, pero con Francia parecía todo lo contrario las dos estaban riendo como viejas amigas.

—Ah, Margot, nos honras con tu presencia

—Detectó tu sarcasmo, Melissa

Francia sólo ocultaba su sonrisa detrás de la taza.

—Hola, Margot

Saludó. Parecían de muy buen humor.

—Ya se conocen. Cuídate, Francia, la mala vibra y el mal genio se pega

—Seguro se me pegó de ti

Comenté siguiéndole el juego, aunque realmente no sabía si jugaba, me daba igual.

—Se nota que son buenas amigas

—También noto tu sarcasmo, Francia

Melissa se rió.

—¿Ves? ya la contagiaste

Las tres nos reímos.

—Mucha risa y todo pero tengo trabajo

Francia nos dejó llevándose su taza, al parecer tomaba té. Lo supe por la bolsita de papel que estaba sobre la mesa circular. Siete azahares.

—Es muy guapa ¿no crees?

Ella veía dentro de su taza, yo no supe distinguir la sensación que me causó oír eso. Me sentí un poco culpable por cosas del pasado.

—En fin, no importa

Sí, igual que esas cosas del pasado. Melissa me miró un momento y después se dirigió a la salida.

—Supongo que esa cara de pocos amigos la causé yo

Me dije a mí misma mientras preparaba mi café y volvía a mi escritorio.

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