Otras Personas

XXXV

Caro

All The Things She Said sonaba en la pequeña bocina de Otto, estábamos en el mismo pasillo de siempre, haciendo lo de siempre, comiendo Cheetos y bebiendo de la misma lata de Coca-Cola. Le había contado que había ido con Francia a la casa de su tía, de lo bien que la habíamos pasado y lo agradable que era esa señora.

—Qué bonito que te presente con su familia

—Sí, me sentí muy bien, sus papás estaban ahí, fue agradable

—¿Ningún momento incómodo como la última vez?

—Hacia mí no, pero el papá de Francia tuvo un pequeño y suave cruce de palabras, prácticamente le reclamó que no los visitara

—Creí que ella se llevaba bien con sus papás

—Sí, lo hace, pero siempre hay cosas

—¿Qué sentiste al cumplir esa fantasía?

Mordí un Cheeto, mirándolo con seriedad.

—¿Qué?

—¿De qué fantasía hablas?

—Recuerdo que hace años me comentaste de lo genial que sería tener una reunión con la familia de Francia y que pudieras agradarles

—Lo olvidé, dejó de tener importancia. Simplemente fui porque quería conocer a la mamá de Mario, Cris tiene mucho parecido con ella

—¿Todo por la mamá de Mario?

—Sí. Esa mujer es encantadora, Francia debería aprender de ella

—Francia no sabe ni cómo se llama

—Otto

—Disculpa por ofender al amor de tu vida

—¡Ya déjame en paz! Francia no es el amor de mi vida. Además, yo salgo con una chica increíble

—¿Te puedo preguntar algo?

Dijo de pronto, con un tono lleno de curiosidad.

—Dime

—¿Melissa te parece más interesante que Francia?

—Otto...

—No. Responde sinceramente

—No puedo, es imposible comparar a una con la otra, son diferentes

—¿Melissa le gana a Francia?

—¿Ganarle en qué? Melissa es increíble y me gusta demasiado, mi relación con ella es muy buena, es mutuo, ella es tierna, divertida y muchas cosas más. No es una competencia, Otto, así que ya no hagas esos comentarios

Él ya no dijo nada, pero algo dentro de mí se sentía molesto, todos eran iguales, Mario, Ismael, Otto, hasta los papás de Francia, nadie comprendía nuestra amistad.
Era cierto que había tenido esa fantasía de poder estar con Francia y su familia, pero era algo que había quedado atrás, se había cumplido sin siquiera buscarlo.

Cuando Otto se fue a su siguiente clase yo aún tenía como una hora libre antes de que él saliera y nos fuéramos a casa juntos.
Me acosté en el pasto bajo la sombra de un árbol, escuchando canciones en los audífonos, pensando, porque últimamente pensaba mucho gracias a tantos comentarios.
Cuando conocí a Francia había estado totalmente atraída hacia ella, era como una niña que veía algo asombroso por primera vez, había estado enamorada de ella, pero no aceptaría eso ni siquiera frente a Francia, por muy mutua que fue la atracción que tuvimos al conocernos sabía que ella no tenía sentimientos profundos por mí, sabía que ella no estaba enamorada de mí y cuando ella le puso fin a nuestra extraña relación de ese entonces, decidí alejarme, Francia me había roto el corazón, Francia había sido la primera persona de la que me había enamorado. Cuando Lucas preguntó cómo había sido la primera vez que me enamoré decidí cambiar la pregunta por un reto y terminé besando a Melissa, no había querido responder, porque si debía hablar de eso esperaba hacerlo en privado con Francia, aunque ya se lo había negado una vez.
Se suponía que ya había dejado ese tema atrás, había superando a Francia, pero había siempre una espinita. ¿En verdad nunca había sentido nada por mí? ¿Había sido tan fácil para ella dejar atrás lo que se suponía que teníamos?