Otras Personas

XLV

Francia

Te voy a llamar, no digas mi nombre

👀

—Hola

—Eh... licenciada, dígame

—¿Está Margot cerca?

—Sí

—No la veas, es más ¿porqué no estás en tu oficina?

—Ahorita voy a mi oficina a checar eso

El ruido de la puerta cerrándose me indicó que ya había entrado.

—Ahora sí ¿qué pasó? ¿Porqué no has llegado?

—No voy a llegar. Para eso te llamo. Necesito dos días

—¿Porqué?

—No puedo, Ismael. Hay muchas cosas en qué pensar

—¿Por pensar no vas a venir?

—Es un asunto personal y emocional

—¿Qué pasó?

Sonaba preocupado, éramos amigos, me conocía desde hacía casi diez años. 

—Me he enterado de cosas. Es complicado

—Está bien, si necesitas hablar podemos ir a donde siempre

—Gracias

Terminé la llamada y me dejé caer en la cama, haciéndome bolita. Estuve un rato ahí, dejando que la desgracia me consumiera.
Después de pensar tanto y de cansarme de estar sola, me arreglé y me fui a casa de la madre de Mario.
Estaba segura que Cris estaría ahí, la extrañaba, tenía varios días sin verla.

Estacioné afuera de la casa, como lo hacía comúnmente; llamé a la puerta y mi tía atendió. 

—Hola ¿cómo estás? ¿no fuiste al trabajo?

—Estoy bien. Pedí permiso

—¿Porqué? ¿Está todo bien?

—Todo bien, tía ¿no está Cris?

—Ya volvió a la escuela

—Creí que la encontraría aquí

Fuimos a la cocina, ella sirvió dos vasos de gaseosa, nos sentamos a la mesa en silencio, unos minutos de silencio, muy pocos.

—Mario me contó que se han vuelto a ver con tus demás primos

—Sí

—¿Arreglaste las cosas con Esther?

—Sí

—¿Trabajan en el mismo lugar?

—Sí

—La vida da tantas vueltas. Como si el karma se encargara de poner en su lugar a Eduardo y Angélica

Sonreí suavemente. La vida en verdad daba muchas vueltas y podían ponerse peor.

—No hablemos de eso ¿cómo has estado?

Mi tía cambió ligeramente su semblante. 

—Ha sido difícil. A veces esperamos mucho de las personas sin recordar lo cambiantes que pueden ser o que nunca terminamos de conocerles