LIV

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Margot

Temprano fui a donde mi madre estaba viviendo con Mario Antonio.
Cuando llegué ella me recibió con abrazos, como si hubiera pasado mucho tiempo sin vernos.

—Pasa. No pensé que vendrías ¿Quieres desayunar con nosotros?

—Sí. Vengo a hablar con él

Ella no dijo nada. No dejó que le ayudara a poner la mesa, de hecho fue Antonio quien le ayudó en todo, algo que me sorprendía mucho.

—¿Está todo bien?

Antonio me preguntó antes de iniciar con la comida.

—Sí. Bueno... quiero pedirte que nos hagamos una prueba de A.D.N

Ellos Compartieron una mirada fugaz.

—Claro que sí, podría ser hoy, antes que me vaya al trabajo

—De acuerdo

Hubo un pequeño silencio.

—¿Te quedaste con Francia ayer?

—Estuve un momento con ella

No los miré, intentando restarle importancia para poder cambiar de tema.

—¿Pasó algo, hija?

Miré a mi madre.

—No

Antonio también me miró fijamente.

—Margot ¿Pasó algo con Francia?

—Es un asunto entre nosotros

—Pero...

—¿Porqué te interesa?

Le pregunté un poco molesta al hombre.

—Si fue contigo frente a toda la familia es porque le importas

—Talvez, pero hay cosas que no se pueden cambiar

Lo miré suspicaz.

—La defendiste, porque la conoces, porque sabes cosas; y si sabes cosas de ella entonces conoces su historia

—Sí. Cuando supimos de su orientación,  Santiago no se lo tomó bien. En ese momento ella y Mario ya vivían solos, pasó mucho tiempo insistiendo a que regresara a la casa de él. Dejó de insistir cuando Raquel intervino, fue un poco después de que Mario se fue a otro lugar a vivir con la mamá de Cris

—Te metiste alguna vez a ayudarla

—No directamente, pero siempre apoyé las decisiones de Raquel respecto a su sobrina

Tenía mucha curiosidad de cómo veían a Carolina.

—¿Cómo supieron de su orientación?

—Según me dijo Raquel, Santiago se dio cuenta por sí mismo, él vio a Francia con esa niña, la hija de la señora que a veces cuida a Cristina. La vio besándola un día lluvioso. Se regresó a casa enojado y ahí empezó todo eso

Antonio sonrió irónico.

—Después que Santiago lo asimiló siempre preguntaba por esa chica, si iban a formalizar, si la llevaría a casa. Para serte sincero a Francia ya no le veía el mismo interés y según lo que Mario le contaba a su mamá, Francia estaba enfocada en conocer más personas. Le huía a la idea de presentar a alguna chica con su familia

—Por Santiago

—Sí

En ese momento recordé lo que le había dicho Santiago a Francia, había sido muy duro. Y yo definitivamente no conocía su historia. Dejé que sola enfrentara a su papá como si sólo ella fuera la culpable del desastre que habíamos hecho juntas.
Antonio continuó con algunas anécdotas y más tarde salimos los dos a un laboratorio donde nos extrajeron una muestra de sangre y nos darían el resultado un día después.

Estaba nerviosa por ese resultado ¿Me tendría que cambiar el nombre? ¿O Talvez el apellido? ¿Cómo lo tomaría Eduardo? Él había sido mi papá toda la vida, era difícil pensar que no debía llamarlo papá.

Llegué tarde a la empresa, pero cuando Leonor me vio rápidamente me envió un mensaje.

[22/5, 10:41 a. m.] Leo: Creí que también ibas a faltar

Claro que no

[22/5, 10:42 a. m.] Leo: Como no viniste ayer y Francia tampoco
Creí que hoy sería igual

No vino?

[22/5, 10:46 a. m.] Leo: Nope
Pensé que estaba contigo en alguna clase de luna de miel 😏

Jaja

No le tomé mucha importancia, de todas formas ella y el presidente de la empresa eran muy amigos, seguro tenía un permiso especial, lo que me hizo sonreír con ironía, yo tenía más cosas en las que pensar y lidiar,  no ella.

Había estado muy distraída, pero a la hora de salida procuré ser de las primeras.
Al hacerlo me encontré afuera a Melissa.

—¿Cómo estás?

Me dijo con un tono serio, pero preocupado a la vez.

—Estoy bien

—¿Todo bien con Francia?

Miré a otro sitio.
Las dos habíamos esperado respuestas de ellas cuando se fueron a la playa, las dos pensamos lo peor, suponía que su pregunta era por eso.

—Terminamos

Me miró de inmediato, noté cómo su mandíbula se tensaba antes de hablar.

—También terminé con Caro

—¿Fue por lo que pasó?

Pregunté refiriéndome al beso que habíamos compartido en su apartamento.

—No... ella... ama a Francia, todo éste tiempo lo ha ocultado y... debí hacerle caso a mi intuición y no involucrarme con ella, porque ya estaba con Francia... nosotros sólo desviamos sus caminos

Me acerqué a abrazarla.

—Talvez tuvimos algo de culpa, pero creo que las cuatro disfrutamos esa situación

—Sí, supongo que sí. Pero es que me enoja tanto. No entiendo cómo tú puedes estar tan tranquila

—No es que esté tan tranquila, aún lo asimilo... pero después de escuchar tantas historias sobre Francia... lo mejor que pude hacer es dejarla libre

Fue eso lo que me hizo saber que había madurado. De haber sido como antes la habría retenido por capricho.
Debía buscar su felicidad y yo también debía buscar la mía y definitivamente no estaba en ella, no más.

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