XIII

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Francia

Me dejé caer en el sofá, pensando en lo que había pasado minutos atrás.
Lo habría creído de Melissa, por lo que había dicho Caro, pero no de Margot.
Mentiría si dijera que no me gustó, había estado claro que me había gustado demasiado y aún sentía ese calor asfixiante.

—Creo que necesito un baño

Eso siempre ayudaba a bajar el calor, y no sólo del clima.
Me tomé mi tiempo para eso y para arreglarme para salir con Lucas. Salir con él podría ayudarme a distraer mi mente.

Antes de que Lucas llegara había estado hablando con Caro, ella esperaba verme más noche. No estaba segura de la hora en la que regresaría, sin embargo aseguró que me esperaría, que de todas formas el siguiente día era domingo.

—Creí que te vería de otra manera

—¿A qué te refieres?

Le pregunté a Lucas. Teníamos como cinco minutos juntos desde que pasó por mí.

—Creí que usarías un vestido o vestirías como en la oficina

—Quería sentirme cómoda en mi tiempo libre

Respondí viendo mi sudadera y viendo después su chaqueta de cuero.

—Es un poco raro verte con un look diferente. Pero es bueno

—También te ves diferente y no estoy haciendo un alboroto

—Con el símbolo de Superman en tu sudadera no es muy rudo lo que dijiste

—¿Me habría visto más ruda si la sudadera dijera "Luthor" en lugar de tener el símbolo de la casa de El?

Lucas sonrió de lado.

—Creo que tendremos una buena noche

—¿Porqué?

—Pienso que es divertido e interesante hablar contigo

En otras palabras, él también era un freak y entendía mis comentarios.
    El lugar era bastante agradable, había música instrumental, la decoración no era extravagante, las mesas estaban dispersas y no se escuchaba mucho ruido de voces.

—¿Te gusta?

—Mucho

—Cuando pruebes la comida te gustará mucho más

Y no mintió, la comida era excelente.

—¿Tu chica no se molestó porque cenarías conmigo?

—No

Me miró sorprendido.

—¿No es celosa?

Lo pensé, no tenía la menor idea.

—No

—Eso es sorprendente, pero genial... Te sacaste la lotería

Sonreí un poco antes de llevarme más comida a la boca.

—¿Cómo te fue con tu ex? ¿Todo bien?

Lo miré confundida porque no entendía de qué ex hablaba.

—El papá de Cris (?

Dijo como pregunta. Tragué la comida y me reí.

—Ya fue suficiente de ese chiste. Cris es mi sobrina y su papá es mi primo y a mí me gustan cien porciento las mujeres

Me miró boquiabierto.

—¿Todo éste tiempo...?

—Nunca dije que fuera mi hija

—Ya sé, fuimos unos crédulos. ¡Qué vergüenza siento!

—Pero andar de mujeriego en la empresa no te da pena

—Bueno, es porque no digo estupideces. El otro día te dije que no te decía nada porque eras buena madre...

Sostuvo su frente con la mano izquierda.

—...debiste haberte reído con cada estupidez que decía

—Un poco, pero lo entendía porque sabía que estaban confundidos

—Y seguirán confundidos, para el lunes toda la empresa sabrá que salimos a cenar

—Lo creo, a Sandra le gusta el cotilleo

—Y estará molesta

Dijo removiendo su comida.

—¿Porqué?

Tomé de mi té frío esperando respuesta.

—Tuvimos nuestros encuentros, pero nunca la invité a cenar, por más que ella hubiese querido

—¿Y porqué no?

—Porque... Bueno, creo que puedo hablar tranquilamente de éstas cosas  contigo, quiero suponer que lo entenderás... Ella es muy buena en muchas cosas, pero a la hora de querer tener una conversación resalta su superficialidad y vanidad

—Por eso mismo no sales con Leonor

—Eso es diferente

Bebió de su vaso y yo lo miraba con intriga, sobretodo porque básicamente Sandra y Leonor eran como gemelas.

—Ella necesita una relación seria y estable, no algo de unos días, por su hijo. Los niños son los que sufren después, se encariñan y cuando la relación termina es a ellos a quienes les afecta más

—Entiendo

Me quedé pensando en lo que había dicho, el único pero que había puesto era el no querer involucrarse para no lastimar al niño, lo que podría significar que Leonor sí le gustaba.

—¿Te da miedo el compromiso?

—Que todo salga mal y termine. Además, la juventud se acaba, hay que disfrutar el no tener compromisos

Eso último me hizo pensar en mí y lo que había pasado esa tarde.

—Entonces... ¿Disfrutar la vida?

—Mientras se pueda

Sonrió de lado, como si estuviera feliz con su vida.

Hablar con Lucas había resultado tan diferente a como habría creído.
Me había divertido, había conocido más de él y talvez a los dos nos quedó claro que no podíamos juzgar a simple vista, probablemente nuestra relación laboral cambiaría a raíz de esa salida.

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