LVI

75 7 1
                                    

Francia

La soledad no era una sorpresa, estaba acostumbrada ya. Lo nuevo era estar en un lugar ya conocido, pero con recuerdos un poco extraños.

Nunca había sido una persona de muchos amigos, porque a final de cuentas cuando pensaba en eso a mi mente sólo venía Ismael y Mario.

Todavía parecía increíble que las personas que había conocido ahora estaban entrelazadas por mi culpa, había perdido la valentía para ver a todos a la cara y fingir que no había pasado nada. Había pasado todo.
Confesarle a Margot mis sentimientos más profundos, la verdad y mil razones sólo me había hecho sentir miserable, ilusamente esperaba una reacción de comprensión, pero no fue así, naturalmente se sintió ofendida y disgustada, así que no me sorprendió que terminara una vez más conmigo, pero dolió el pensar que todo lo que yo sentía era tan insignificante, que lo que me dolía a mí era tan poca cosa como para darle un poco de atención.
Sé que Margot jamás imaginó el abismo que sentía en mi interior con todo eso que, de alguna manera, hacía poco había descubierto.
Me encontraba de pie a la orilla del enorme y eterno acantilado de malas emociones.
Y debido a lo lógico, acudí a la única persona en la que siempre había encontrado apoyo de una u otra manera.

El apartamento de Ismael seguía igual, los mismos muebles que conservaba en perfecto estado. Las mismas comodidades y con tantos beneficios, como trabajar desde ahí sin tener que presentarme en la planta ¿de dónde sacaba otro amigo así? Probablemente era afortunada de tenerlo, otros sólo podían soñar con una amistad tan duradera que estuviera en todo momento.

Sólo tenía una condición de su parte. Tratar mis problemas con un psicólogo.
Los últimos acontecimientos me habían puesto sobre la mesa verdades que había querido ocultar, hacer caso omiso, incluso olvidar, con más de una había sido así.
Había aceptado incluso para mí misma que los sentimientos por Carolina Navarro habían perdurado y que al revivir los recuerdos de la noche en que se me obligó a alejarme de ella también revivieron esos sentimientos, los había descongelado y había traído a mi mente mil recuerdos posteriores a ese suceso.
Todo eso había traído consigo traumas que no sabía que estaban y que probablemente eran causantes de mi desapego social, incluso emocional. Habían tantos factores que se habían juntado provocando un efecto en cadena. Ahora era consciente de todo eso, me había quitado una venda de los ojos y había aceptado que tenía heridas que sanar antes de... ¿antes de qué? ¿Qué había después? ¿A qué aspiraba después de haber tenido la oportunidad de tenerlo todo? Había tenido el cielo en mis manos, pero no estaba lista.

Me carcomía la idea de que lo que más había querido en mi vida ahora formaba parte de la vida de alguien más, yo lo había permitido, en mi idea tonta de que así estaba bien, que mantener lejos a Caro era lo mejor ¿para quién? Para su madre únicamente, para nosotros o mejor dicho, para mí, siempre fue lo peor, hasta ahora lo notaba.

Quizás había puesto a todos de cabeza con mi repentina desaparición, las llamadas no pararon y sólo respondí a dos, a la de Mario y a la de su madre.
Para dos cosas también.
Para pedirle a Mario que le sugiriera a Caro tomar terapia, estaba segura que yo le había hecho daño más de una vez, de alguna manera.
Y para pedirle a mi tía que hablara con mis papás y les asegurara que yo estaba bien. No les dije a dónde estaba exactamente, necesitaba paz.

Terapia una vez a la semana ¿para eso pagaba, no? Gimnasio todos los días, trabajo todos los días pero menos horas, tiempo para hacer cosas simples que no había valorado.
Las cosas parecieron mejorar desde el primer mes con la psicóloga. Fue cuando por fin me animé a salir con Ismael, se sentía como en los viejos tiempos o casi así. Conocer a otras personas y empezar de cero parecía tan surrealista si estabas por cumplir veintiocho años ¿había perdido el tiempo escondiéndome detrás de libros? ¿Habían más personas con tal edad y sintiendo que aún no encajaban, o que ya era muy tarde para encontrar amigos inseparables como los que se hacían en los primeros años?

Otras PersonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora