Francia
Estaba afuera de la casa de Caro, estaba muy molesta, tanto que mil cosas pasaban por mi cabeza pero no decía nada. Tenía las manos empuñadas, Rosalba sólo me miraba con culpa.
—¿Qué pasa?
La voz de Caro sonó atrás de mí, al parecer acababa de llegar de la universidad. Trató de tomar mi mano que seguía en puño.
—Francia...
Me solté de su agarré y me giré, me miró a los ojos, como buscando la razón por la que estaba así.
—Tu madre perdió a Silver
Caro inmediatamente la miró.
—¿Cómo?
—Lo saqué a pasear, lo solté un momento, cuando me giré para volver a tomar su correa ví que lo subían a un automóvil
—El de brenda
Dije con rabia, intentando contenerme.
—¿Cómo pudiste dejarlo?
—No creí que pasaría esto. Si hubiera sabido que alguien se lo quería llevar no lo hubiera sacado de la casa
—No tenías que soltarlo en ningún momento
Dije entre dientes.
—Sé que estás molesta pero...
—¡Nada! ¡Silver es lo segundo más importante que...!
Me callé mirándola a los ojos con rabia, sabía que ella podría entender de lo que estaba hablando, pero no tenía ni una pizca de ganas de hablar de eso con ella, menos frente a Carolina.
Sin esperar más comencé a caminar a mi casa, no iba a correr, para intentar mantener mis sentimientos a raya, tratando de controlarlos, si corría mil recuerdos y sentimientos iban a aflorar mezclándose con la forma en la que me sentía justo ese día con lo de Margot y lo de Silver.
Volver a casa sintiéndome en pedazos sólo revivía los recuerdos de cómo me había sentido años atrás.Muy en el fondo sólo quería correr y correr, quería gritar, quería gritarle.
—Francia...
Carolina me alcanzó cuando estaba acercándome a mi puerta.
—No quiero hablar
—No necesitas hacerlo, pero no tienes que estar sola
—Nunca debí
Dije abriendo la puerta, ella entró después de mí. Me quedé mirando alrededor, las cosas de Silver estaban por todos lados.
Caro tomó mi mano, guiándome al sofá. Nos sentamos ahí sin decir nada, las lágrimas comenzaron a resbalar sin poder detenerlas, había hecho todo lo posible por contenerlas, pero ya no podía, no cuando se suponía que estaba en la comodidad y privacidad de mi casa, aún así traté de secarlas, Carolina estaba ahí.—Sé que es difícil, pero podemos buscarlo, yo te ayudo
—No es sólo eso
Hablé impulsivamente, talvez para sacar todo eso de mi cabeza.
—¿Qué más?
—Descubrí algo que desearía que fuera mentira
Logré ver sorpresa y temor en sus gestos.
—¿Margot...te engañó?
—Ojalá fuera eso
Respondí, ella me miró extraño.
—Hoy supe que ¡Ah! ...
Pasé mis manos por mi rostro con frustración.
—Es mi prima

ESTÁS LEYENDO
Otras Personas
Novela JuvenilA veces se necesita una segunda vez para conocer a alguien. Las personas pueden convertirse en algo totalmente diferente. ¿Pero qué tan listo se está para enfrentarse a eso?