Otras Personas

XVII

Margot

Entré a la oficina saludando a los que ya estaban allí. Leonor se acercó rápidamente.

—Alguien está de buen humor

Sonrió y movió las cejas.

—¿Te ganaste la lotería?

—Algo así

Respondí. La verdad era que en serio estaba de buen humor ¿Quién no lo estaría después de unos besos con la persona que le gusta?
Me alegré cuando Leo volvió a su lugar sin preguntar nada más. Yo por mi parte no podía esperar a que fuera hora de almuerzo.

—¿Vas a almorzar con nosotros o te irás con tus otras amigas?

Preguntó Leonor mientras caminábamos a la cafetería, me quedé callada un momento y ella sólo sonrió.

—Que te diviertas

Se alejó rápidamente, me dejó desconcertada su actitud, pero al menos no iba a poner excusas para poder almorzar con Francia.
La encontré adentro, estaba por ir a pedir su comida mientras yo buscaba una mesa vacía, cuando encontré un lugar disponible me senté y reservé el espacio para ella, la busqué con la mirada y la encontré viéndome, sonreímos y ella volvió a lo que hacía.

—Es guapa ¿Verdad?

Mi gesto facial debió cambiar radicalmente como para que él alzara las manos en símbolo de paz.

—¿Miento?

—No sé de qué hablas

—Yo creo que sí. No soy ciego, Margot. Después de lo que pasó con Melissa te puse mucha más atención, y la mirada que tenías hace un momento no la veía desde, pues desde que tú y Melissa salían

—¿Y qué quieres? No voy a salir contigo otra vez

—Lo siento por eso, me disculpé

—Conmigo, pero no te disculpaste con Melissa por el bullying que le hicieron gracias a ti y a Leonor

Él quedó en silencio.

—Sólo quiero decirte que seas más discreta o los rumores comenzarán de nuevo y ésta vez yo no tendré nada que ver

Se levantó y se fue, segundos después Francia se sentó en el lugar en el que Lucas había estado sentado.

—¿Todo bien?

—Sí

—¿Qué quería?

—Sólo vino a conversar un momento

Sólo había llegado para hacerme saber qué tan al tanto de mí estaba y no sabía si asustarme o no.

—¿Es cierto que saliste con él?

Ya que tenía la oportunidad no la iba a desperdiciar, quería saber la razón, los demás podrían decir muchas cosas, pero dudaba que Francia mintiera al respecto.

—Salí con él para que no me debiera ningún favor

—¿No intentó besarte, cierto?

Dejó de ver su comida para verme a mí.

—¿Te molestaría?

¿Me molestaría? Claro que me molestaría, yo salí con él y me besó, y una relación terminó.

—No se sabe con qué fin hacen las cosas las personas

—Te doy un punto por eso. Pero no, creo que él sabe perfectamente que no lo besaría, ni a ningún otro de aquí

Eso me confundió.

—Entonces... Porqué tú... A mí... Ya sabes...

Con su expresión hacía parecer que trataba de comprender lo que había dicho. Sonrió un poco divertida pero a la vez amable.

—Porque no eres hombre. Él sabe que no lo besaría, ni a ningún otro hombre de aquí

—De aquí

Repetí.

—El de alguna otra empresa o lugar ¿Sí?

—Muy chistosa. Claro que no

Nos centramos en la comida y hablamos de otras cosas, como deportes o películas, sin embargo había surgido en mí una duda, una que ya tenía desde el sábado.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Dime

—¿No sientes culpa?

Ella iba a decir algo, pero guardó silencio unos segundos.

—Cuando una persona siente culpa es incapaz de repetir sus acciones dos veces

—Tomaré eso como un no

—No es como si tú la sintieras

Miré a mi alrededor para saber si había alguien poniéndonos atención, pero todos estaban metidos en sus asuntos. Me incliné un poco sobre la mesa para acercarme a ella y ella hizo lo mismo, entonces susurré con el fin de que sólo ella me escuchara.

—Me gusta besarte y por ese gusto no puedo sentir culpa

Nos miramos, en sus ojos había un brillo, un tipo de complicidad, esa complicidad era correspondida. De cierta forma era placentero jugar a tener un secreto, era más excitante el sentir que en algún momento seríamos descubiertas, aunque claro eso no sucedería, no si sabíamos cómo mover nuestras piezas.
Era absurdo que estuviera haciendo eso, pero de alguna forma me hacía sentir viva.