XXVI

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Francia

Esa mañana me di el lujo de llevar a la universidad a Carolina, tenía una presentación y debía estar temprano para organizar todo y checar no sé qué más, estaba nerviosa.
Nos despedimos con un beso y entonces me dirigí al trabajo, compré algo para desayunar, no me había quedado tiempo de cocinar nada.

Me estacioné en mi lugar, tomé mi mochila y la bolsa que contenía mi desayuno.
Estaba por abrir la puerta cuando el automóvil de Margot aparcó al lado, la puerta de copiloto se abrió dándole paso a Melissa, me pregunté cómo era posible, yo misma había visto lo mal que se llevaban, esperé a que entraran para bajar del carro.
Estaba revisando que todas mis cosas estuvieran en orden cuando Lucas me sacó un susto.

—¿Viste? Se veían de buen humor ¿No?

—¿Quiénes?

—Margot y Melissa

—No lo sé, acabo de llegar

—Llegaste antes que ellas. Estaba al otro lado del estacionamiento, fumando, y lo vi todo

—Es que no sé para qué me preguntas eso

—¿No se te hizo raro?

Comenzamos a caminar hacia la puerta.

—¿Raro porqué?

Pregunté haciéndome la que no entendía, aunque por supuesto que se me hacía raro.

—Bueno, es que hacía mucho tiempo no las veía así

—¿Cómo?

—¿Notaste que Margot trae ropa de Melissa?

Preguntó sin responder a lo que yo había preguntado. Marcamos tarjeta mientras yo hacía memoria de lo que había visto, Lucas tenía razón, no dije nada sobre ello, había sentido algo extraño, una especie de tristeza que me negaba a aceptar, pero que definitivamente se concretó cuando él, antes de llegar a la oficina, comentó soñador:

—Espero que regresen

Quedé confundida.

—¿Margot y Melissa...?

No terminé la pregunta. Lucas me miró con el entrecejo un poco fruncido, y luego como reaccionando respondió:

—¡Es cierto! Tú no lo sabes, eres nueva. Bueno, hace tiempo salían, creo que hacen buena pareja. Como sea, tengo trabajo pendiente

Se giró y luego volvió a verme.

—¿Almorzamos juntos?

—Eh... Sí...

Respondí sintiendo apagada mi voz, no podía creer que ellas hubieran salido antes, aunque siempre creí que Melissa veía de cierta forma a Margot. Me fui cabizbaja a la oficina, detrás de él.
¿Porqué nadie me lo había dicho? Recuerdos desde que había llegado a esa empresa vinieron a mi mente, lo mal que se llevaban, los extraños comentarios de Melissa sobre Margot, sus risas cuando estaban conmigo, el día anterior cuando las vi irse juntas por la mañana, cuando las vi almorzando juntas. Habían llegado juntas y Margot usaba la ropa de Melissa, las dos se veían de buen humor y ... ¿Porqué me sentía así? Talvez eran celos de que Melissa estuviera pasando tiempo con Margot después de que estuvo ignorándome una semana o el hecho de que Margot estuviera evitándome después de que Melissa nos viera y que precisamente fuera con ella con quien estuviera paseándose.
Me sentía como una tonta por creer que era cercana a Melissa, por pensar que había complicidad entre Margot y yo, pero al final el bicho raro, la mosca en la sopa era yo.
Seguro todos sabían de ellas. Con mis dedos hice masaje a mis sienes, demasiado temprano para ese malestar.

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