XVI

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Francia

Sinceramente echaba de menos a Cris, pero era un peso menos, era una gran responsabilidad hacerse cargo uno solo de un hijo, no como si hubiera tenido ayuda o medio tiempo libre.
Estaba tan ensimismada que cuando bajé del automóvil casi me atropella Margot, mi corazón palpitaba rápido por el susto, me hice a un lado para que estacionara su carro, ella bajó rápidamente y se dirigió a mí.

—¿Estás bien? Lo siento, no era...

—Descuida, yo fui la imprudente

—¿Pero estás bien?

Preguntó buscando mis ojos mientras posaba su mano derecha en mi mejilla. Iba a responder pero alguien estacionó su carro al lado del de Margot, era Lucas. Volví a mirar a Margot pero el "uh" sugerente de Lucas me distrajo, lo miré y él me guiñó el ojo, Margot apartó la mano, demasiado rápido para disimular que esa intervención lo había causado. Él se fue, Margot había dado un paso atrás.

—Estoy bien

Respondí por fin.

—Qué bueno. Lamento mucho el casi atropellarte. Qué tengas buen día

Se dio la vuelta y comenzó a caminar al interior del lugar. Probablemente nunca entendería a Margot. Caminé al interior de la empresa, ni siquiera saludé a Nancy.
Margot aún iba por el pasillo, me acerqué rápidamente, la tomé del brazo y la conduje al baño.
Temprano solía estar solo, en lo que llegaba el resto del personal de oficina.

—¿Qué...?

Se soltó cuando la hice entrar a un cubículo.

—¿Qué está pasando? Tengo trabajo que hacer

—Siempre te tomas un momento para prepararte un café y desayunar

Ella alzó una ceja.

—¿Me vigilas?

—Sólo pongo atención a lo que hacen las personas. Por ejemplo, Lucas se levanta a media mañana, tarda casi diez o quince minutos en volver y sólo vuelve con un vaso desechable con agua. Ronald siempre saca una galleta como a las cuatro y media y bebe quién sabe qué de su termo

—Eres muy rara

Hacía mucho que nos me decían eso.

—No tanto como tú, actúas extraño

—No es cierto

—Te apartaste de mí, me deseaste un buen día y prácticamente huiste

—Ya te dije que tengo cosas que hacer

No, definitivamente no iba a llegar a ningún lado con esa conversación tan tonta.

—¿Porqué me besaste?

Pregunté de golpe. Ella miró a otro sitio, lamió lentamente su labio inferior y posteriormente los presionó, como si estuviera pensando seriamente la respuesta o buscara una buena excusa. Cuando me miró tenía un gesto serio.

—¿Para pregúntame esto me trajiste aquí?

—¿Alguna mejor idea? ¿Algún momento o lugar donde no escapes?

Sólo hubo silencio. Sólo me miraba y yo hacía el intento de retarla con la mirada. Luego simplemente me encontré detallando su rostro, di un paso, acercándome a ella y ella no se alejó, sonreí de lado.

—Sí no me equivoco, la razón por la que me besaste y por la que no estás huyendo es porque te atraigo

Era gracioso que a pesar de tener veintinueve años, actuara de esa manera, como una adolescente que aún le toma trabajo decidirse a hacer algo o hablar de las cosas que siente o piensa.

Quería escuchar un "sí, es cierto, fue por eso", pero cabía la posibilidad que no respondiera, sin embargo no quería quedarme con las ganas de volver a besar sus labios. Di un paso más y su cuerpo estaba a escasos centímetros del mío, alcé la vista a sus ojos, sus labios ya estaban ligeramente separados.

—No quiero quedarme con el deseo de besarte

No respondió, miró mis labios y me besó.
Lo mejor de un beso siempre es cuando se da con tanto gusto y sentir que ese gusto es correspondido, y Margot correspondía totalmente.

El beso había tenido sus tres etapas, suave, intenso y nuevamente suave. Deseaba más, claro que sí, como el sábado anterior, pero no que pasara en la empresa, y aunque sonara atractivo, por el riesgo a correr, prefería la tranquilidad.

—Ya no actúes como si estuvieras huyendo

Sonrió como disculpándose.

—¿Almorzamos juntas?

Propuso. Por supuesto que acepté.

Cuando entré a la oficina Lucas se las ingenió para sacarme de mis pensamientos.

—Con todos los poderes, Supergirl

Había sido una frase al aire, él miraba su computadora atentamente y nadie le puso atención, sin embargo alzó la vista a mí y me guiñó un ojo, con la misma picardía que lo había hecho en el estacionamiento. Al parecer, realmente no había pasado por alto para él, ahora no dejaría de molestar con eso.

Voten, comenten, siempre leo sus comentarios.

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