Leonor
Estaba terminándome de maquillar cuando mi hijo, Ivan, entró corriendo al cuarto.
—Mamá, tu amiga ya llegó. Está hablando con mi abuelita
—Ya voy a ir. Pero antes...
Lo llamé para que se sentará en la cama conmigo.
—Mientras no estoy quiero que te portes bien con la abuelita
—Siempre me porto bien
—Lo sé y eso está muy bien. Quiero que te comas toda la comida, que te laves los dientes como te he estado enseñando y que te duermas cuando tu abuela diga ¿De acuerdo?
—Sí, mamá
Le sonreí y besé su frente.
—¿Ivan no hizo berrinche ésta vez?
Preguntó Margot cuando recién subí a su automóvil.
—Ya no hace eso, se queda más tranquilo
Un año atrás era difícil salir, siempre lloraba, gritaba y hacía de todo.
—¿Ya sabes a dónde me llevarás?
Mar preguntó sonriendo pero sin verme.
—A que te hagan un striptease
Abrió los ojos, como asustada, me miró por un segundo antes de volver a la carretera, yo me reí suavecito.
—Es broma, pero no estaría mal ir a bailar un poco
—Me asustas
—¡Qué va! ¿No te gustaría echar una miradita?
Ella ya no dijo nada, se notaba seria, como pensativa. Viejos recuerdos vinieron a mi mente, tenía la sospecha de que mi propuesta no le parecía atractiva. No quería especular, de todas formas, como me dijo tiempo atrás, lo de Melissa había sido un mal entendido, se había confundido y que había sido por curiosidad, a parte no era como si la hubiera visto besándose con ella, no como con Lucas, aunque me disgustó, porque según él sólo hablaría con ella, quedó claro que había aceptado su beso.
Después de eso no escuché más al respecto y cuando salíamos aceptaba bailar con los chicos que se nos acercaban en los antros.
Igual todo aquello rondaba mi cabeza, además de su amistad con Francia, abiertamente lesbiana y con pareja aparentemente estable, no me sorprendería si al final resultaba ser lesbiana también, pero me ofendería su falta de confianza, aunque no podía esperar mucho, después de todo no me había portando bien ni con Melissa ni con Francia.Antes que nada fuimos a comer algo, con toda la calma del mundo, Margot no quería ir a ningún lugar si no comíamos algo primero.
El tráfico había estado insoportable, no había servido de nada salir a las cinco de mi casa, porque sí, había hecho esperar a Margot, mi maquillaje debía ir perfecto.
Al menos cuando llegamos al antro ya se sentía ambiente, también pudimos obtener una mesa, más tarde tener una sería pura suerte. Mientras nos tomábamos una margarita yo observaba todo.—¿Vamos a bailar o no?
Dijo ella en mi oido, sonreí, ella sí sabía a lo que íbamos.
Bailamos un rato en medio de todos y con otras personas, cuando volvimos la mesa estaba ocupada.—Hay que ver dónde hay otra mesa
Propuso ella, con la vista busqué y encontré algo que en realidad no estaba buscando. Estaba estupefacta y sin pensarlo bien le dije a Margot.
—No me sorprendería que también se ande besando con Melissa
Frunció el entrecejo sin entender y dirigió la mirada a dónde le indiqué, la miré fijamente y noté cierto atisbo de enojo y decepción, como si la traicionada fuera ella.
—Qué hija de...
—...puta
Finalicé su frase, convencida de que lo era. Francia estaba frente a nosotros, besándose con una mujer que no era su mujer, justo en la tarde la había visto besándose con su pareja y ahora estaba besándose con otra. Era una descarada, pero lo que más me llamaba la atención era el semblante de mi amiga, no sabía si eran las luces de colores o qué, pero sus ojos se veían cristalizados.
Iba a decir algo más pero se apartó de mi lado, Francia acababa de quedarse sola y Margot fue a pararse frente a ella, sus ademanes y sus gestos me confirmaban dos cosas; primero, Margot también era lesbiana y segundo, le gustaba Francia. Suspiré y fui a la barra a pedir otra margarita, probablemente sería una larga noche y no precisamente de copas.Le di el primer trago a mi bebida y me sentí culpable por cosas que había sucedido años atrás, mi intervención y la de Lucas no sólo le hizo daño a Melissa, también a Margot, creí que le había hecho un favor a mi amiga, pero en realidad había sido todo lo contrario.
—¡Qué hija de puta fui!
Me dije a mí misma. Realmente había sido una mala amiga, quizás Melissa tenía razón en recomendarle alejarse de mí, no la culparía si lo hacía.
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Otras Personas
Teen FictionA veces se necesita una segunda vez para conocer a alguien. Las personas pueden convertirse en algo totalmente diferente. ¿Pero qué tan listo se está para enfrentarse a eso?