¿Me venderas tu empresa? (2da parte Camila G!P)

10.4K 306 1
                                    



-Cállate- le grite a Lauren que solo discutía por el estúpido contrato.

-Es tu culpa- dijo hacia mí -Está perdida lo es- me recrimino.

Si perdimos una cantidad de dinero algo grande, por no decir algo más ¿Podía yo reponerlo? Si, ¿Era la opción? no.

-Yo puedo colocar el dinero- dije ya cansada y dejándome caer en el sofá de cuero marrón.

-No es el hecho Camila- se giró hacia mí -La cosa es ganar, no reponer- me grito al borde.

Aquello me estaba desesperando, habíamos abierto una empresa en donde se mantuviera sin meter las narices ninguna de la otra, esta es una tercera empresa en conjunto, yo no vendí la mía, ella no vendió la suya y tenemos esta.

-Este contrato era bueno y lo dañaste- allí vamos de nuevo.

-¿Puedes sentarte conmigo?- dije y ella negó efusivamente. -Ven- dije de nuevo pasivamente, ella volvió a negar -¡Coño que vengas!- dije con molestia ganándome una mirada de muerte por su parte.

Se levantó y camino hacia mí -¿Qué quieres?-

-¿No te parece bonito este sofá?- pregunte mientras pase mi brazo por sus hombros.

-¿Para eso me gritaste hasta venir?- sus precioso ojos verdes, destellaban furia.

Respire hondo cuando intento levantarse y la volví a sentar -¿Esta bonito verdad?- volví a preguntar.

-No le veo sentido a esa pregunta- hablo en bajo, pero aún se notaba la molestia en su voz.

Acerque mis labios a su mejilla y deje un beso, ella continuo impasible, así que deje otro, y otro y otro.

-Me equivoque- dije sin más, ella ya tenía las palabras de muerte hacia mí pero la detuve alzando mi mano -Lo hice, pero todos somos humanos- acote, algo que ella no le vio importancia.

Su pierna se comenzó a mover con impaciencia y eso causo mi risa -¿Ahora te ríes de mí?- dijo aún con tono enojado.

Negué y coloque mi mano en su pierna, ya veía como la quitaría de un golpe, pero ella solo respiro hondo y cerro sus ojos y poso su mano encima de la mía, y deje otro beso en su mejilla.

-Estoy admitiendo mi error- dije de nuevo y ella aún continuaba con sus ojos cerrados -Tienes razón, es mejor ganar que perder- acote y ella asistió.

Luego comenzó a negar -No debí actuar así- me respondió y luego de varias horas discutiendo en mi despacho de la empresa, dejo caer su cabeza en mi hombro.

Deje un beso en su frente y comencé a dejarle caricias en su brazo, para luego bajar las caricias a sus caderas, fue bastante asombroso cuando sentí sus labios en mi cuello y su manos en mi pecho.

Besos en mi mejilla y otro en mis labios cuando giro mi rostro. Dulce y tierno, nada parecido a la mujer furiosa de hace algunos segundos atrás.

-Ven- le llame cuando me levante y la deje sola en el sofá, tomo varias respiraciones y tomo mi mano, caminamos hasta el ventanal. -¿Puedes observar aquel edificio?- le pregunte, detrás de ella.

-Claro, es hermoso- giro un poco su rostro para luego volver a su posición inicial mirando al ventanal.

-Es mío susurré en su oído, ella se intentó girar pero la pegue al vidrio. -Como tú- continúe para morder su cuello.

-¡Ohh!- soltó cuando mordí nuevamente su punto de pulso.

-Esto va separado- dije cuando metí mi pie entra los de ella y los separe -Y tus manos en mi ventanal- las coloque por encima de su cabeza -Esto estorba- dije cuando alce su vestido ajustado dejándola en ropa interior. -Algunas cosas sobran, pero tu cariño, le das sentido- aquello ultimo lo dije pasando mis manos por su abdomen desnudo hasta tocar sus pechos aun cubiertos por el sujetador.

Mis besos iban desde su cuello hasta su espalda baja y volvía a subir, baje por sus piernas y quite sus bragas, subí tocando sus piernas desnudas hasta quitar su sujetador y dejarla solo en sus tacones altos.

Leves jadeos era lo que soltaba sus labios, sus deliciosos labios rojos, que tentaban a ser besados la mayoría del tiempo, incluso cuando estaba molesta y veías como su pecho se sonrojaba, al igual que cuando terminábamos de hacer el amor y quedaba exhausta.

Me aparte para quitar mi camisa de vestir y bajar mis pantalones, mi polla estaba dura y lista para ella, como siempre que pisaba mi despacho.

Me acerque hasta apoyarme en ella y notara mi pene entre sus nalgas blancas y apetecibles. Mi mano derecha bajo hasta su botón sensible y comencé a moverlo, lento y suave hasta llegar a su entrada en donde la humedad dejaba notarse, se retorcía buscando un poco más de fricción, lleve mi mano izquierda a mi pene y lo alinee hacia su culo.

Comencé hacer círculos en su aro fruncido mientras dos dedos entraban y salían de ella, con ayuda de sus propios jugos y mi líquido pre seminal, comencé a entrar en ella.

La sentía retorcerse a medida que me en fundaba en ella, muy lento, podía sentir lo apretada que estaba, mientras ella gozaba de nuestro momento de pasión. Empuño sus manos en la ventana pero sin despegarlas mientras que la penetre de una sola estocada.

-¡Maldita sea! Camila- grito bastante alto, me hacía gracia y pase mi lengua por el centro de su espalda hasta su nuca en donde mordí ligeramente -Maldita loca- murmuro alzando su trasero para que comenzara un vai ven -Rápido- murmuro cuando su frente había pegado en el gran vidrio.

Ella pedía, yo obedecía, aunque nunca lo admitiría delante de ella, entraba y salía rápidamente de ella, mientras una de mis manos la masturbaba y la otra mantenía su cabeza pegada en la ventana.

Me importaba quien podía escucharla, ella era mía y podía gritar todo lo que quería. Comencé a moverla aún más rápido para que llegara casi al mismo tiempo que yo.

-Vamos cariño, córrete en mis dedos- dije para luego darle una nalgada, luego dos y luego tres antes de sentir como se corría en mis dedos, y como sus fluidos bajaban por mi mano.

Su gemido fue tan excitante que causo que mi carga terminara en el fondo de su culo, dos y tres corridas más antes de salirme de ella y ver como mi semen escurría por sus piernas.

-Eres hermosa, incluso estando molesta- le confesé cuando la había girado, ella me toco por mi cuello para atraerme en un beso.

-Tengo un departamento en tu edificio- alzo su ceja con arrogancia.

Me encanta esta maldita mujer.

One Shots Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora