One Shots Camren G!P

Mary on a Cross (2da parte L. G!P)

"Si eliges huir conmigo, yo te haria cosquillas internamente"

— ¿Sabes cuánto te amo?— le pregunto girándome posando mis manos en su cintura.

Su camisa esta desarreglada al igual que su alborotado cabello, sus ojos están solo un poco rojos e hinchados por el llanto que tuvo hasta dormirse.

—Creo saber la cantidad de amor hacia mí— sonríe poniéndose de puntitas y besando mi barbilla —Porque el mío es tanto como puede saber el tuyo.

— ¿Qué te hace creer que te amo tanto?— hago de nuevo la pregunta.

—Porque tu mirada te delata. Eres transparente para mí, demasiado, diría yo— asiento a sus palabras.

—Mi amor por ti es tan loco que es como una droga.

Su sonrisa es ligera y dulce.

—Te amo— murmuro cerca de sus labios antes de tomarla por sus muslos y hacer que enrolle sus piernas en mi cadera. La giro y la dejo sentada en el borde del lavado, sus manos empuñan mi camisa antes de pasar hacia mi cuello y luego acunar mi cabello tirando de mi rostro hacia ella.

—Te necesito. Lauren— sonrió mirando sus rosados labios.

Nuestro primer beso es lento, es dulce y quizás un toque, pero cuando su lengua delinea mis labios sé que no tendré una pizca de contemplación por lo que me resta de noche.

Mis manos aprietan sus caderas con más fuerzas atrayéndola hacia mí. Nuestro beso aumenta a un punto en que puedo sentir como ella me aleja por el hombro para tomar bocanadas de aire, un hilo de saliva une nuestros labios antes de volver atacarlos con hambre, como si nunca hubiera probado algo tan delicioso como ella.

La tomo de su cabello y tiro de él dejando al descubierto su cuello, la punta de mi lengua toca su tersa piel morena hasta llevar a su barbilla y morderla. Mis dientes dejan una pequeña marca y un gemido escapa de sus labios.

Beso sus labios y tiro un poco de su labio inferior. Su mirada no se aparta de la mía ni cuando la cargo, ni cuando la dejo debajo de mí en la cama, su cuerpo prisionero entre la suavidad y mi cuerpo.

—Me suelo decir a mí misma, que no me importas tanto, como una manera de alejarle— murmuro besando su cuello. La siento tirar de mi camisa por los hombros —Pero si no siento tus caricias siento que voy a morir— confieso.

—El amor no debe doler Lauren. No quiero que te marches nunca de mi lado, de ser así siento que mi vida se derrumbaría. — miro a sus ojitos que evitan hacerme sentir incomoda —Y la mayoría del tiempo trato de pensar que no me importa si te vas, porque sé que estas en un lugar tan delicado que no se si te pueda perder.

»Pero cuando estás aquí, conmigo, lo único que deseo es que permanezcas a mi lado, que te quedes, porque cuando te acercas, todo mi cuerpo se estremece— besa mi mejilla.

—Lo siento tanto.

—Y cada vez que te vas luego de estar a mi lado, siento como si miles de cuchillos me atravesaran mi alma y sé que el amor no debe doler así, pero también sé que es la única manera de saber cuánto te amo.

Mi camisa es lanzada a un costado y ella nos gira, aunque mi peso es superior al de ella dejo que me deja debajo, sus manos quieren tocar mi cuerpo y aunque sus dedos se encogen mientras me mira con algo de vergüenza.

Me atrevo a tomar sus manos y posarla encima de mí, sé que ella suele acariciarme debajo de la camisa, pero verme ahora así no es lo mismo, es una afirmación de que no hay nadie en quien más confié que en ella.