One Shots Camren G!P

Scare to be lonely

Camino de un lado a otro mientras trato de encontrar un refugio en mi cabeza. La comida está preparándose y al mismo tiempo no quiero continuar. ¿Para qué voy hacer esto? Sé que al final esto no va a importar.

Entra y la puerta es cerrada de golpe, sus pasos son lentos pero no se detienen en ningún momento, veo como pasa directo a la habitación y me ignora ¿Cómo llegamos a esto? Solíamos estar siempre juntas, siempre estábamos una al lado de la otra.

Apago todo y lanzo todo al cesto de la basura, enrollo mis brazos me dejo caer en la mirada de la gran ciudad. La noche está en su pleno momento y yo estoy aquí, viviendo una locura que incluso una montaña rusa puede ser mucho más emocionante.

-Hola- su suave grave tono de voz me hace recordar todas las veces que nos dijimos te amo.

-Hola- no me giro, no tengo fuerzas para poder verla allí de pie y aceptar que nuestro futuro se ha ido por nuestras manos como si no tuviera importancia.

-¿Has hecho la cena?- me pregunta cuando escucho como la puerta de la nevera está abriéndose.

-Si, en la basura ¿Para qué quieres que cocine si al final siempre dejas todo allí?- le reprocho con algo de dolor sin querer girarme.

-He estado ocupada- murmura pero la siento acercarse.

-¿Ocupada? ¿Has estado ocupada por cinco meses?- me giro y ahora ella está delante de mí, sus manos están dentro de los bolsillos de su traje y su mirada da al suelo -¿En qué has estado ocupada realmente Lauren?- hago la pregunta y me froto yo misma mis brazos por el frio que estoy sintiendo.

-No es lo que piensas Camila- alza su rostro pero puedo ver lo oscuro de sus ojeras y lo rojo que bordea todo lo blanco que debía rodear sus hermosos ojos verdes.

-No quiero pensar nada Lauren, pero no me estás dando muchas opciones- recuesto uno de mis hombros de nuevo en la pared mientras veo algunas partes de su traje arrugado.

-Sé que tienes muchas mejores opciones que yo- sus palabras me hacen girar mi cuerpo y ahora recostar mi espalda en la pared mientras miro el gran ventanal.

-Y siempre existirá alguien mejor que yo para ti- le repito mientras una de mis lágrimas bajan por mis mejillas. Siento el suave toque de sus dedos deteniéndolas e instintivamente inclino mi rostro hacia su tacto.

-Puede existir miles de mujeres para mi Camila e incluso para ti- ella ahora está delante de mí, muy cerca de mí. Me toma de mi barbilla y alza mi rostro y su frente pega a la mía.

-Simplemente tenemos miedo de quedarnos solas- le digo pero una sonrisa se perfila en sus labios.

-Siempre he tenido ese miedo, pero contigo nunca lo sentí- deja un suave beso en mi mejilla –Nunca me he sentido así contigo- su mejilla está pegada a la mía y mis brazos se sueltan para enrollarse en su cuello.

Sus brazos se enrollaron en mi cintura y en el silencio de nuestro departamento soltamos a llorar, eran sollozos suaves que se perdían en la tranquilidad de la noche.

Acaricie su nuca antes de que ella girara su rostro y tomara mis labios en un suave beso, mi manos en sus mejillas la acercaban mucho más a mí, su lengua entro en contacto con la mía mientras que sus manos estaban entrando en la camiseta para tocar la espalda baja.

Con respiraciones agitadas nos separamos, sus ojos dilatados con una sonrisa de lado. Siento sus manos pasar por los costados de mis brazos hasta mis hombros para sacar el suéter ligero que tenía encima.

Cuando el cayó al suelo ella quito rápidamente su chaqueta de traje y la lanzo algún lugar del departamento para inclinarse y tomarme desde mi trasero y montarme en la mesa. Sus manos fueron directamente hacia el botón de mi jeans y lo saco junto con mis bragas.