- Julietha -
¿Existe alguien más insistente que yo? Lo dudo mucho.Me levanto perezosamente, estiró mis brazos y se me hacía extraño amanecer con Aarón a mi lado ya que muy pocas veces sucedía a pesar de dormir casi todas la noche juntos.
Su brazo me envuelve la cintura agarrándome como almohada e inclino mi cabeza ligeramente para verlo directamente.
Sus párpados cerrados no me dejan ver el café de sus ojos, sus labios se curvean en una sonrisa ladina y besa mi frente despertándose con lentitud.
Hoy es mi cena o según Aarón, la cita de compensación. No ha querido soltar nada y cree que no me doy cuenta cuando me evita u omite mi presencia.
Tuve que contener mis ganas de saber, esta semana he estado siendo corroída por la curiosidad. Logan me hablaba de medicina y yo no hacía otra cosa más que pensar en la velada de esta noche.
-Buenos días, pelirroja.-murmura somnoliento.
Me subo encima de su torso como un monito, cada vez estaba convencida de que el amor te volvía muy patética.
-¿Arquitecto?-pregunto llamando su atención.
-¿Sí?
Dios, la voz ronca de un hombre cuando se despierta es todo lo bueno de la vida.
-Es hoy. Dime que vas a hacer.
-Bueno...no seas impaciente.
-¿Por qué eres así?
-Porque quiero ver tu expresión de sorpresa cuando lo veas.
Arrugo el ceño mordiendo mi mejilla, la suplica con ojos de corderito sentenciado a muerte no estaba funcionando.
-¿A qué hora voy a saber?
-Más tarde.
-Aarón...-chilló impaciente.-Dime, por favor, por favorcito.
Me toma del mentón acercándome a él, sus labios rozan los míos con sutileza, apoyo mi mano sobre la almohada apretando mi agarre cuando muerde mi labio inferior. Subir de intensidad en variados momentos de calma era algo común entre nosotros, ya me estaba acostumbrando a esos cambios irracionales.
-Ata cabos, pelirroja, ¿a qué hora no habrá nadie en casa?
-A las 7.-recuerdo.
-Ahí tienes la respuesta que tanto buscas.
-¿Qué vas a hacer a esa hora? ¿Sabes que me conformo con helado y películas, verdad?
-Va a ser más que eso pelirroja, pero por ahora solo pienso desayunar.
-Entonces vamos al comedor, la señora Rosa ya debe tener listo el desayuno.
Me deja caer a su lado antes de apresar su cuerpo bajo el mío.
-Me temo que la señora Rosa no puede preparar lo que quiero desayunar.
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Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)
Teen FictionSu pasado dejó su alma custodiada por demonios, y solo una persona consiguió domarlos. Ella no cree en el amor, se niega a sentir y su autoestima va de mal en peor. Él quiere volver a enamorarse, la sinceridad es un don peligroso en sus manos y su a...