Capítulo 21

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"No te preocupes, tiempo al tiempo, Julietha"

- Julietha -

Niego divertida al escuchar las quejas de Dominik y las risas de Fernanda en el asiento de atrás.

—Julietha, le haces un puto arañón a mi auto y te juro que te entierro viva.—amenaza Dominik señalando el retrovisor y no a mí.

Sigo manejando sin prestarle atención y con una sonrisa tonta en todo el trayecto, por si se lo preguntaban, sí, le pagué la entrada para saldar el favor que tenía por salvarme de la situación incómoda la otra vez.

—Ten cuidado, Julietha, ella estudia criminología debe saber cómo esconder un cadáver y que la policía no la descubra.—ríe la rubia con la mano en su boca intentando ahogar sus carcajadas y fallando rotundamente.

Literalmente, estoy haciendo de mamá gallina con este par de loquillas.

Evito que Dominik baje la ventanilla, lo último que quiero es que el aire la noquee y termine con la presión baja y con un malestar de días, ella gimotea en protesta y la ignoro por completo.

—Oh, mira, Aaroncito está a nuestro lado.—señala Fer, perdí la cuenta de shots que la rubia estaba tomando cuando iba por el sexto y Dominik por el décimo.

Estas chicas tienen aguante, también son mayorcitas y saben lo que hacen, tampoco es que estén rodeadas de extraños o que ni siquiera puedan ponerse de pie, si pueden solo que a veces pierden el equilibrio cuando caminan pero nada que no puedan manejar.

Trato de no desviar mi mirada hacia donde apunta la rubia, no negaré que la tensión entre Aarón y yo desde el beso en su habitación solo va en aumento, además de enojarme con él también lo hice conmigo misma por no saber medir mis impulsos.

Como era de esperar, Aarón jamás se disculpo, según él porque no tenía motivos para pronunciar una simple disculpa y yo no me iba a rebajar a rogarle que lo haga si no le nace.

El concierto rebaso por mucho mis expectativas, las entradas para entrar a los reservados no superaba por tanto la del público general, así que para estar más tranquilos todos decidieron pagar para ver a la banda desde una zona VIP.

Tenía que bajar a ver al chico que hizo un solo con la guitarra eléctrica y que puso mi piel de gallina, quería estar más cerca a probar si tenía suerte y lo hacía de nuevo. No contaba con que Aarón aparecería a mi lado como un demonio atormentando mis días y que si no hubiera puesto todo mi autocontrol para no besarlo, sí habría pasado de nuevo.

La manera en que me besó en su habitación me estremece todo el cuerpo cada vez que lo recuerdo, y tenía razón cuando dije que es atracción sexual lo que existe entre ambos, es algo innegable a pesar de nuestras diferencias e intolerancia mutua, algo que tarde o temprano va a pasar, solo lo estoy retrasando.

—¿Qué piensan?—pregunta la rubia apareciendo por en medio de asiento del conductor y copiloto, las ondas en su cabello ya están desapareciendo.

—Nada, ¿Cómo te sientes?—digo mientras doblo en una esquina siguiendo el Ferrari de Aarón que va adelante del auto de Dominik.

No conozco la dirección exacta del bar así que me toca seguir a como diría Dominik, al guapo arrogante, pienso en cuento he cambiado desde que llegue, no creo que el chip de Julietha ha cambiado por completo solo que parece que estoy aplicando la de lugar nuevo, experiencias nuevas.

—Estamos súper bien, chiquivieja.—asegura Dominik mientras deja caer su cabeza en el respaldo cerrando sus ojos y cruza sus brazos sobre su pecho al igual que suelen hacer los niños cuando se enojan.

Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora