- Julietha-
Peleas casuales—Virgencita santa.—chilla Jhonatan aferrándose del bol de palomitas.
—¿Salta o grita?—murmura Aarón a mi lado.
—Ambas. Ya está apunto de abrir la puerta que no debe.—susurré para no interrumpir la película a nadie más.
—No votes las palomitas, chinolis.—se queja Fernanda tratando de quitarle el recipiente de las manos pero no lo consigue.
—Ya déjalo, bonita.—murmuró Adrián rodeando a Fer con su brazo.
Una semana para Navidad y como regalo adelantado tuvimos una nueva parejita, Fer y Adrián, la rubia y el fantasma de la casa, literalmente formalizaron hace poco y ninguno nos dimos cuenta, se trataban como amigos y bien que se tenían guardado lo de su noviazgo.
Francisco, Jhonatan y Logan son los únicos solteros en casa, todos con una cita pero ninguno es capaz de formalizar, tanto se jactaban de lo iceberg sin sentimientos que soy y fui la primera en terminar en una relación.
—Tres.—susurró Aarón en cuenta regresiva.
—Dos.—sonreí lamiendo el metal de la cucharada de helado en mi boca.
—Uno.
—Santo bendito.—gritó Jhonatan saltando haciéndonos reír por su drama.—Diosito que nada me jale las patas en las noches, por fa'.—ruega juntados sus manos en una súplica al techo y persignándose.
—Nadie me dijo que estaríamos en pareja pude haber invitado a Lu.—farfulló Logan en el sillón a mi lado cruzado de brazos.
—Sabias que es tarde de películas.—susurré en respuesta viendo de reojo como Aarón comía de mi helado sin permiso.
—Sabias que podías traerla.—agregó Aarón con la cuchara a mitad de camino a su boca.
Tomé su muñeca cambiando la dirección y desviándola para llevarla a mis labios pero no daba su brazo a torcer.
—Juliethaaa no seas egoísta.—siseó alargando las palabras y tratando de no reírse.
—Te estas robando mi merienda.
—Esto no cuenta como merienda.
—Parecen rivales en vez de novios.—chilló mi hermano con su rostro inexpresivo, parecía aburrido sin Luana aunque soltaba sonrisas con las expresiones de Jhonatan y los requintos de Francisco.
Dejé de forcejear con Aarón. Dándome por vencida y regalándole un par de cucharadas más antes de quitarle mi cuchara, con eso le quitaba el poder de seguir comiendo de lo mío.
Él ya se había comido su aburrida bolsa de frutos secos y su botella de agua, siguiendo estrictamente la dieta de Miguel para una nueva competencia de boxeo, esta vez un concurso en el que entraría como un competidor más y no como un reemplazo.
Estaba de más decir que mis nervios ante esa oportunidad en su vida me alteraban por dentro. Eran sus decisiones y no me estaban afectado directamente a mí, salvo por micro-infartos en cada round, así que estaba apoyándolo.
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Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)
JugendliteraturSu pasado dejó su alma custodiada por demonios, y solo una persona consiguió domarlos. Ella no cree en el amor, se niega a sentir y su autoestima va de mal en peor. Él quiere volver a enamorarse, la sinceridad es un don peligroso en sus manos y su a...