Capítulo 37

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- Julietha -
Entre demonios se entienden.

Sacan a ambos competidores fuera del ring, alejándolos de cualquier espectáculo, las personas se dispersan y se agolpan en la entrada de los pasillos por donde entraron.

—Julietha.—oigo que alguien me llama.

Busco con la mirada y me preocupo cuando Miguel me da una señal para que me acerque a él.

—¿Qué pasó?¿Está bien?—pregunto presurosa.

—Ten. Puedes entrar por esa puerta.—me señala una puerta para el personal custodiada por un señor robusto de traje negro.—Solo di que eres de prensa y le muestra este pase directo. Me pidió que te lo diera.—me informa antes de desaparecer.

Sigo a los demás escondiendo el pase que Miguel me dio, sus palabras resonando en mi cabeza.

—Perdón. No pueden entrar.—avisa uno de los gorilas que evitan que las personas pasen.

—Es mi amigo.—explica Jhonatan.

—Exijo ver a mi novio.—chilla Natalie.

—Podemos llegar a un acuerdo.—concilia Logan.

Sé que aquí no voy a conseguir nada, y necesito apagar mi preocupación. Me dirijo hasta la puerta para el personal y me dispongo a hablar con el gorila número uno que me mira con seriedad.

—Señorita, la entrada es solo para el personal autorizado, lo siento pero no la puedo dejar entrar.—repite el monólogo de siempre.

—Soy prensa.—miento mientras levanto el pase directo.

—Adelante.—abre la puerta para mí.

—Gracias. Muy amable.—digo antes de entrar.

Ingreso por un pasillo totalmente blanco y con techos altos, camarógrafos y entrevistadoras con los demás competidores están en medio de mi camino, logro esquivarlos, alzo mi cuello tratando de hallar a Aarón con la mirada.

Doy con él recostado en una pared mientras que un enfermero revisa su tobillo. Cuando el paramédico presiona un punto de su pierna maldice al cielo.

—Aarón.—susurro acercándome.

No me logra ver y algunas personas estorban mi paso, haciendo que sea más difícil llegar hasta él, pero lo consigo.

—Tranquila. Está bien. —Miguel coloca su mano en mi hombro.

Me coloco el pase en el cuello. La cartilla con la palabra «PRENSA» a la vista.

—No, no lo está.—refuto histérica.

—Pelirroja, descuida, estoy bien.—dice tomando mi mano.

Lo ayudan a sentarse en una banca de madera, aún revisando si tiene algún golpe más severo que necesitara atención médica urgente, Miguel supervisa todo, aún sigo parada a su lado, observando cada detalle, el médico dice que todo está en orden y se retira, Miguel lo sigue y yo me quedo a solas con él.

Paso mi mano por su mejilla y mi pulgar por su pómulo donde yace una pequeña herida, lo abrazo con cuidado.

—Felicidades por la victoria.—susurro en su oído.

Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora