Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)

Capitulo 29

- Julietha -
"Feliz cumpleaños a mí"

Recuerdo: otro tipo de cicatriz.

Día: 10 de Julio del 2021.
Hora: 1:27 am.

Flexiono mis piernas contra mi pecho cuando me siento en el mueble cerca de mi ventana.

Es de noche, ya es pasada las doce.

Suspiro sonoramente, mis hombros decaen con cansancio y sin preocupación...ya es mi cumpleaños.

La casa está sumida en un silencio total que fácilmente podría gritar y escuchar mi eco, incluso oír mi voz interna diciendo que simplemente me estoy ahogando en un vaso de agua y así es, me estoy ahogando y ni siquiera estoy intentado nadar por salvar mi vida.

Mi atmósfera es fría aunque el clima es cálido y tranquilo. Veo como las estrellas destellan en el firmamento que se percibe desde mi ventana.

En todo el día estuve callada y pensativa, siempre es así, esta víspera es como si mi cerebro identificara que llegó la hora de desconectarse con mi presente y volver a revivir el pasado, es un poco masoquista de mi parte pero es tan común que eso me suceda que no me interesa controlar lo que mi cerebro ordena.

No escucho señales de vida ni pasos y no sé si afuera siguen despiertos o están cuchicheando a escondidas, la verdad agradezco que no hayan insistido en hacerme hablar y me dieron mi espacio cuando lo necesitaba.

Me excusé que me iría a dormir temprano porque estaba cansada a causa del entrenamiento de esta mañana y Logan estuvo de acuerdo, leyó mi expresión facial entendiendo mis bajos ánimos.

El frío vidrio de mi ventana cocha contra el lado derecho de mi cabeza cuando me recuesto sobre ella, observo el reflejo en el mismo que muestra a una chica pelirroja que se está convirtiendo en adulta y tiene miedo de seguir creciendo y no superar sus demonios o fracasar en el intento.

Una chica que detesta cuando le hablan de amor, que tiene que soportar comentarios hirientes de personas que ya causaron dolor, que está lejos de su familia, que vive mostrando sonrisas a las personas cercanas a ella para no preocuparlas y que se la pasa diciendo que todo está bien y la verdad es que sí, estoy bien, bien mal, bien cansada, bien harta de mi entorno, bien exhausta de cargar con un peso que yo sola puse encima de mí.

Respiro aceleradamente y mis pulsaciones van a mil por hora, ralentizó mis emociones, manteniendo bajo control mi calma.

Cierro mis ojos, mi cabello húmedo, por la ducha que me di antes de venir a encerrarme en mi cuarto, gotea pequeñas gotas de agua humedeciendo la tela de mi camiseta larga que cubre parte de mi torso y a la vez, la prenda deja al descubierto gran parte de mis piernas.

«¡Ya no, por favor!» retumba en mi cabeza el estrepitoso grito de una niña pequeña suplicando que se detuvieran los golpes.

«Me duele» decía tan fuerte que esas tardes mi garganta ardía por el esfuerzo, mis ojos terminaban hinchados de tanto llorar, mi piel quemaba en las partes rojizas donde quedaban marcados los golpes que cada vez dolían más.

«Espero que así aprendas a comportarte» la estúpida razón de todo, con su excusa de "a golpes enteras".

Y sí, a mis diez años entendí que la vida era cruel, que en esta vida eres solo tú y no importa que digan o repitan mil veces que te quieren o que es por tu bien si con sus actos te dicen lo contrario.

Que siempre debo creer en hechos y no en palabras y que la lealtad y el amor pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Aún recuerdo como si fuera ayer, cuando me encerraba en mi habitación jugando con mi hermanito, buscando de escondite mi armario, meciéndome cada vez que llegaba borracho y atacando directo a mamá en la cocina porque Logan no estaba.