- Julietha -
Conociendo a mi "familia"Me acabo de despertar de un sueño muy reconfortante, tan solo estamos a treinta minutos de aterrizar y conocer este nuevo hábitat. Aarón sigue dormido, eso es bueno, así no tengo la necesidad de escucharlo. Mi boca esta seca y recuerdo el snack que se encuentra en mi mochila, que extrañamente esta a un lado mío. Extraigo una de las botella de agua y abro muy despacio la bolsa de frutos secos, mi estómago pide a gritos comida, ayer apenas ingerí unos cuantos bocados de la cena por los nervios.
Los fruto secos son un manjar en mi boca.
El cielo ya ha adquirido unas hermosas tonalidades de anaranjado y púrpura, tenía muchas esperanzas de llegar a apreciar el amanecer pero me lo perdí, ya habrá otras oportunidades.
El apellido del cavernícola ya lo he escuchado antes. Repaso cada uno de mis recuerdos. Tengo la mirada pérdida en el cielo buscando concentrarme.
De pronto caigo en la cuenta de que ese es el apellido del dueño de la empresa constructora más grande en Seattle, Cristóbal Ruiz, fue a hacer acto de presencia para una ceremonia de la preparatoria y recuerdo que me cayó muy mal ese señor, en todo el tiempo que estuvo se creía superior, el rey del mundo porque había estudiado dos carreras a la vez y pensaba que era mejor que el resto de los simples mortales, muchos querían hablar con él pero tenía demasiados guardaespaldas que no dejaban que nadie se le acercará, ni a él ni a su esposa, Gretel Ortega, no me sorprendería que Aarón fuese su hijo.
- Pelirroja, ¿tienes otra botella de agua? estoy sediento.-me pide Aarón.
- Falta la palabra mágica.- expreso cortante, es mi botella de agua, así que aprenda a pedirla.
- No te hagas de rogar, por favor.-dice.
Le paso la otra botella de agua que tengo en mi mochila, e intento con todas mis fuerzas no dirigirle la palabra de nuevo, me obligo a cumplir mi propia regla.
- ¿Dormiste bien?—pregunta, ¿y ahora que bicho le picó? ¿el de la amabilidad?
Asiento, no hablarle será lo más difícil que me tocará hacer, tengo demasiados líos en mi cabeza como para aumentar un problema más.
- ¿Qué pasó? Te comió la lengua el ratón.- indaga con sarcasmo.
- Tu y yo somos como el perro y el gato, jamás nos vamos a llevar bien, lo más conveniente es no dirigirnos la palabra.-explicó muy segura de lo que estoy diciendo.
- Si eso es lo que quieres.
Al menos, en algo me da la razón o eso creo, no me está dando una respuesta concisa y no tengo la menor idea de cómo interpretar sus palabras.
Me distraje cinco minutos y lo encuentro con un libro en sus manos. Estoy tan cerca que puedo leer perfectamente el título, es el clásico Romeo y Julieta. Dios mío, nadie me había sacado tanto de mis casillas como este hombre, mis manos se convierten en puños e intento pensar en cosas felices para tratar de tranquilizarme.
- Qué estúpida es Julietha.- ante ese comentario sé que no se refiere al puto libro, ni esta insultando al personaje; se está refiriendo a mí, lo que hace que la sangre me hierva a borbotones.
A la mierda el dejar de hablarle.
- No te cansas de joderme, ¿cierto?— bufé exasperada.
Su amabilidad se esfumó en un efímero segundo y sobrepaso el límite de mi paciencia.
ESTÁS LEYENDO
Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)
Fiksi RemajaSu pasado dejó su alma custodiada por demonios, y solo una persona consiguió domarlos. Ella no cree en el amor, se niega a sentir y su autoestima va de mal en peor. Él quiere volver a enamorarse, la sinceridad es un don peligroso en sus manos y su a...