Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)

Capítulo 81

¿Para qué estamos destinados?
- Julietha -

Lugar: Seattle.
Hora: 11:30 PM.
Fecha: 24 de diciembre.

Santiago no quería irse a dormir y nos pusimos a ver las películas navideñas clásicas que pasaban por televisión.

Aprovechamos que todos estábamos de vacaciones y nadie tenía motivos suficientes para irse a la cama temprano.

—Hijo, ¿Cuándo vas a traer a tu novia para presentármela?

Casi me ahogo con el chocolate caliente que tenía en las manos. Logan no parecía más sorprendido que yo.

—¿Me hablas a mí?—preguntó confuso.

—Claro ¿a quién más?

—Tienes dos hijos, mamá.—señaló a Santiago.

—Ey, yo estoy chikito para tener novia.—avisó condenándolo sin despegar la vista de la televisión.

Reí y cubrí mi sonrisa con la taza en mis manos. No era necesario llevar un abrigo dentro de casa, la temperatura era más cálida que afuera.

—Pronto, mamá.—respondió Logan un tanto ajeno a la situación.

—¿Cuándo es pronto, hijo?

—Tengo que hablarlo con ella, mamá, no puedo llegar e imponer algo, cuando acordemos una fecha te la diré.

A mi hermano no le gustaba las presiones ni insistencias. No sabía cómo me conseguía aguantar.

—¿Cómo se llama tu novia, gigantón?—pregunto Santiago curioso.

—Su nombre es Luana Espinoza.

—Nombre de cantante y apellido de historiadora, me gusta.—río y disipo la tensión entre todos.—Yo quería que Aarón viniera, Julietha.

—Está con su familia, quizás otro año.—farfullé disimulando el deterioro de mi sonrisa con mi taza de chocolate caliente casi vacía.

—Aarón es tu amigo, ¿verdad, Logan?—siguió preguntando, Logan asintió.—¿Y no te moleste que esté con nuestra hermana?

¿Por qué Santiago tenia que preguntar eso? Solo falta que mi madre se entere por terceros que dejé Psicología, era la única que no lo sabía y por ahora no pensaba decírselo, espero que Logan tampoco.

—No tanto como antes, pero ya le advertí que la hace llorar y...—pasa su pulgar por su cuello.

—Muerte súbita...¡ sííí !—alza sus manos ganador.

—Oigan, estoy aquí.—canturreé bajando mi vestido.

Mi celular resonó por toda la sala y me apresuré a cogerlo, no por quien estaba llamando sino por la mirada de mi madre sobre el aparato.

Sonreí avanzando por el pasillo.

—Salir con James fue lo peor que pude hacer, Julietha.—lloriqueo Dominik al otro lado de la línea.