Epílogo.

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- Julietha -
La mentira más bonita.

1 de Mayo del 2022.

Amor...una palabra, cuatro letras y quizás un sentimiento que ya no tiene valor.

Es terrible que algo tan puro y bonito se pueda manchar, como sucede en los recuerdos, lo que más pena me da, es que hoy en día el amor va de la mano con el dolor y la melancolía, y quizás Aarón tuvo razón con algo:

El amor no es amor cuando no estas con la persona indicada, el amor no debería de doler, el amor ha sido satanizado por los mismos seres humanos.

Y sí, porque yo fui una de ellas, que mezcló todos los tipos de amor que existen y negándome a sentir cualquier de esas variables porque estaba asustada, también lo estoy ahora, estoy aterrada, sola y varada en mi punto de inicio.

Es como si el juego se hubiera reiniciado y yo tengo más ventaja que el resto, parezco la misma pero conozco mejor el camino y las piedras que existen, ya sé con que no debo tropezar, ya sé que primero debo hacerle caso a la sensatez y luego a la locura, ya sé que debo dejar un poco el control, sé que puedo llegar a encontrar lo que busco, aunque no sé muy qué

Quizás era mejor así, él siguió su camino, ahora estaba en Seattle y yo continúo el mío, en Los Ángeles. No diré que lo odio porque estaría mintiendo y ya no quiero seguir haciéndolo, sí, aún lo amo, siento que lo amo y puede que deje de hacerlo pero permitiré que esto siga proceso, que mi corazón sane con el tiempo.

La parte que aún finge que todo está bien quiere pensar que todo lo que me dijo no eran más que mentiras a pesar que eso es lo único que mi cordura cree y lo único que él me ha dicho que debería de creer, que solo jugó conmigo y que siempre fue ella.

Siempre tuve la idea que el amor era una mierda que no existía, que te hacía débil y te causa daño y... ahora solo estoy confirmando que sí existe, que no es invención de nadie, pero eso no quita que deje de ser un emoción de mierda que cuando ya no la sientes, el dolor reemplaza su lugar.

Suspiro pesadamente con una taza de café en mis manos calentando mi piel, controlando las lágrimas que son involuntarias y míranos sobre mi hombro que Adrián me ve desde la sala de estar, al ver que lo observo, sonríe a medias y sigue viendo la TV. Desde que sufrí mi desmayo todos parecen enfermeros espías, cuidando hasta el mínimo movimiento que realizó y calculando el tiempo que me toma hacerlo.

Salgo de casa pareciendo un fantasma y siendo interceptada por mi hermano, rindiéndole cuentas de a donde iba, mintiendo a donde iba mejor dicho y siendo embarcada en un taxi al cual le tuve que pedir que me lleve a una dirección diferente a la que le dijo Logan.

Mi curiosidad termino llevándome a la experiencia más bonita y destructiva de mi vida, mostrándome otra manera de amar, pero como todo tiene su final, tengo que empezar otra etapa sin él en mi camino, así lo quiso el destino y no somos nadie para contradecirlo.

«Está feliz. Recuerda eso. No es contigo, pero tú querías verlo feliz, tú querías que ambos lo fueran, al menos uno de los dos si lo consiguió» me digo a mí misma. Mordiendo mi labio para no llorar.

Ella es su felicidad. Ella le hace bien. Ella es a quien él ama. Intentar olvidar el dolor es más doloroso de lo que parece, crearme una idea en la cabeza de Aarón con Natalie me destruye, me estoy muriendo y no quiero que nadie se de cuenta.

No quiero parecerme a mi madre, no quiero que me vean débil por un hombre, no voy a permitirme romperme por su culpa, no quiero destruirme por completo y volver a perder mis piezas, la búsqueda de aquellas me va a costar cansasio y lágrimas, lo sé.

Aarón prometió hacerme feliz y estoy llorando mares por dentro; prometió amarme y ahora solo fingió hacerlo, prometió no romperme el corazón y lo acaba de aplastar bajo la suela de su zapato como la colilla de un cigarrillo. Prometió tanto y no cumplió nada como todas las personas que conozco.

Suspiré, por fin, luego de tantos meses pude terminar de pintar el lienzo que me hacía mucha ilusión. Pude déjarlo ser y puede que eso haya hecho que mi pecho duela un poco menos haciendo que las lágrimas se agolparan en mis ojos, parpadeé para disiparlas y no llorar, no quería hacerlo más, me negaba a llorarle a un amor que tiene sabor a mentira.

Sonreí con antaño viendo en...mi lienzo, a la silueta de una pareja, frente al atardecer que se reflejaba en el mar, el cielo que en un principio fue despejado y celeste, lo modifiqué por uno tormentoso y de un azul más apagado, el sol apenas brillando en el horizonte y el mar de un azulado verdoso con poco movimiento en sus olas.

Las siluetas eran negra y él abrazaba la cintura de ella, había un pequeño detalle que no tenía planeado pintarlo pero cuando surgió la idea no detuve mis manos, el detalle es que la silueta de ella no está completa, desde la parte de atrás de su cabeza, pequeños pedacitos se dispersan en un suave movimiento hacia la esquina del lienzo.

Como si el aire la estuviera desvaneciendo, como si ella estuviera desapareciendo del lienzo, como si él no pudiera retenerla por más tiempo hasta que llegó el momento de perderla por completo.

No quería engañarme más, ya no quería seguir diciendo que no conocía a la pareja que pinté, porque estaba claro que éramos Aarón y yo, éramos lo que alguna vez fuimos, plasmé un recuerdo en un lienzo, plasmé lo que sentía por él en este momento y no me gustó lo que sentí, no me gustó ver que todo lo que creamos lo habíamos perdido por completo, creo que me duele más el hecho de que yo fui tan tonta de creer todo lo que me dijo.

Yo fui la única que no notó que algo iba mal, hizo un gran trabajo para conseguir que tragase cada una de sus promesas sin garantía, sus te amo falsos, sus besos que ahora me obligo a recordarlos delicados y llenos de lástima.

Fuimos algo que no se volverá a repetir, fuimos nada y todo, fuimos un bonito recuerdo que tan solo queda grabado en un lienzo. Fuimos una promesa que no se cumplió, nuestro amor tuvo un tiempo límite y siempre nos negamos a ver ese reloj de arena, que cada día marcaba que nos quedaba menos tiempo.

Salgo de mi ensimismamiento, y dejo de recostarme en el sofá, avanzando unos pasos y extendiendo mi brazo, pasando los dedos por la frase que coloqué como sello de lo que fue lo nuestro.

Camino descalza en dirección a la playa por las puertas corredizas, dejando el cuadro detrás de mí, en el caballete a mitad de la sala de estar de su lugar seguro que ahora adopté como el mío sin su permiso, aún sintiendo el realce de la pintura en la yema de mis dedos, de cada una de las letras de la mentira más bonita que me dijeron:

TE AMO HASTA EL INFINITO.

Todos merecemos ser felices, tal vez aún no es mi oportunidad, ahora todo está tan opaco que pienso que quizá nunca llegará ese momento, no lo sé, pero todos merecemos que alguien nos amé con la intensidad de las olas, con la calidez de un día soleado y de la manera que vemos a simple vista el mar, hasta el infinito.

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Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora