- Julietha -
Los planesMe levanto un tanto desorbitada, las paredes de mi habitación están de otro color, mis sábanas ya no son blancas sino grises, y es cuando mi cerebro reacciona y recuerda que esta no es mi habitación.
Hoy es sábado puedo darme el lujo de dormir por una hora más. Por las persianas semi-abiertas vea a Laura dando órdenes y guiando a Fernanda en una rutina con ligas, a Miguel silbando su estrepitoso pito en el oído de los demás.
Recuesto mi espalda en la cabecera aún un tanto somnolienta y agarrándome la sien, parpadeo con rapidez tratando de mantenerme despierta, se estarán preguntando dónde estoy metida y prefiero pasar por su interrogatorio antes de que comiencen sus hipótesis.
Entra mucha luz en la habitación de Aarón por lo cual me levanto tan solo para cerrar las persianas, su escritorio está a unos pasos y me pongo a curiosear, mis dedos se escabullen, tomando su cámara entre mis manos y volviendo a meterme entre las sábanas.
Agradezco que esta vez si haya que ver, las fotos comienzan a pasar y me sorprende encontrarme con la primera imagen de mí, capturada hoy en la mañana, durmiendo abrazada a una almohada, toda despeinada y con los labios entreabiertos. Sigo avanzando encontrando fotos de él, de un bello atardecer en la playa, las manos me tiemblan y me yergo cuando escucho el silbido de alguien.
—¡Dios! Este chico como le gusta dejar la puerta con el pestillo puesto.—reniega la señora Rosa con dramatismo.
Aquí se jodio todo, comenzará a hacerme preguntas, estoy en pijama, con sus sábanas a medio hacer y recién despierta, cualquiera pensaría lo que en verdad paso, que dormí con él e incluso si dejan volar su imaginación, creerán que lo último que hicimos anoche fue dormir.
—Ya acomodé, no se preocupe, Rosita.—responden evitando que la perilla de la puerta sea abierta por la ama de llaves. Puedo respirar tranquila.
Dejo la cámara a un lado y desplomo mi espalda en la cabecera soltando todo el aire que no sabía que estaba conteniendo. A los pocos minutos el dueño de la habitación entra y el temblor de mi cuerpo se hace presente al verlo.
—Que bueno que ya despertaste.
Si este hombre pretendía causarme un infarto en plena mañana está a nada de conseguirlo aunque el disimulo en mi rostro no hace tan evidente lo que mi mente está pensando.
Tan solo lleva puesta una toalla rodeando su cintura, con el cabello mojado y recién salido de una ducha. Relamo mis labios cuando me da la espalda sacando de su closet una playera que no se la pone tan solo la deja en el respaldo de la silla de su escritorio.
—¿Puedes dejar de devorarme con la mirada?—pregunta coqueto.
—¿Puedes ponerte una playera?—mi voz aún suena relajada aunque mi piel está más que erizada y mi cuerpo más que dispuesto para la labor.
—¿Por qué? ¿Temes no poder lidiar conmigo semi-desnudo?—pregunta seguro de sí mismo y claro que tiene sus motivos.
Se sienta cerca de mí, no quiero darle el gusto pero mis movimientos se niegan a obedecerme y mi mirada se desvía de sus ojos, a sus labios, a sus hombros, a sus abdominales y quiero pensar que aún estoy respirando aunque estoy segura que me estoy quedando sin aliento.
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Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)
Ficção AdolescenteSu pasado dejó su alma custodiada por demonios, y solo una persona consiguió domarlos. Ella no cree en el amor, se niega a sentir y su autoestima va de mal en peor. Él quiere volver a enamorarse, la sinceridad es un don peligroso en sus manos y su a...