Capítulo 60

211 18 5
                                    

Tu teatro duro poco.
- Julietha -

La grabación estaba chillosa y borrosa. No tenía audio, aunque la escena no necesito palabras para ser entendida.

Sabía que era un video de las cámaras de seguridad de la casa por el encuadre, la hora y fecha en la esquina inferior, nadie más que nosotros teníamos acceso a esas cámaras, aunque había alguien más que también sabía de su existencia y que especialmente yo no le caía bien.

-Julietha puedo explicarlo.-su voz se oye como un eco en mi habitación.

No detengo el video cuando claramente se ve el beso entre Aarón y Natalie, sus manos en su cintura y ella perdiéndose en los mismos ojos cafés que tanto me encantaban, cierro la pantalla cuando la última escena que veo es la espalda de ella en su cama seguido de una interferencia que corta la grabación.

Aprieto mis labios para no romperme justo cuando oigo sus pasos detrás de mí aunque en mis oídos resuena el sonido de un cristal frágil partiéndose y cayendo al vacío. Respiro hondo sin darme la vuelta y detestar el momento cuando toca mi hombro para verme.

-No tienes nada que explicar.-protesto tratando de tranquilizarme.

Me apoyo en el respaldar de la silla. Apretando mi puño para no caerme, sentía mis piernas flaquear y mil y un palabras atolladas una tras otra en mi garganta, tantos reproches que no podían salir de ese lugar.

-Claro que sí. No es lo que crees. Nunca pasó nada.-niega apurado.

-Y el mundo es cuadrado, Aarón.-ironizo soltando una risa sin gracia-No me jodas.-pongo las manos en mi cintura.

-Lo que viste está sacado de contexto, no sabes qué pasó después, no me puedes juzgar...

-Y eres un puto egoísta.-susurré.

-No hablemos de egoísmo porque tú sales perdiendo.

-¿Ah sí?

-La egoísta eres tú, guardándote todo y callando, aparentando ser una fiera cuando debajo de tu armadura eres un cachorro asustado, tienes un miedo de cojones cada vez que no puedes controlar algo. Tanto miedo que ni siquiera puedes decir lo que sientes.

Sus palabras me lastiman aunque era la verdad y no era la primera vez que me lo decía.

-Creyéndote el machito y bravucón tampoco se consigo mucho ¿cierto?-me exalte conteniendo los sollozos-Bueno...aunque para eso tienes tu fachada de mujeriego y coqueto.

-¿Tanto te cuesta aceptar que un hombre sí puede tener buenos sentimientos?

-Sí,-acepté-¡me jode aceptarlo en voz alta!-grite dándole la razón-¿Tanto drama haces cuando te acabo de ver revolcándote con tu ex-novia cuando perjuraste hasta el cansancio quererme?

La voz se me rompe cuando suelto la última palabra. Sus ojos gritaban una súplica que me obligue a no oír.

-Me equivoque y lo acepto. Pero nunca pasó nada, Julietha, te lo juro por lo que más quiera.

-Perfecto. ¿Quieres que te aplauda por tu valentía?-dominada por la rabia lo hice-Por al menos no ser tan cobarde como para negármelo en mi cara.

Me acerqué a él, viéndolo directamente a los ojos, tragándome el dolor para digerirlo después.

-Estas siendo muy injusta.-siseo.

-No me digas.-hasta yo me congele al oír mi propia voz sin una pizca de emoción.

-Julietha, tú...

-¿Yo qué?-lo rete-Yo estaba en Seattle viendo a mi hermano y tú estabas aquí con Natalie pasándola de maravilla, de todo corazón te agradezco lo que hiciste por Santiago y te pagaré hasta el último centavo pero...

Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora