Te amo hasta el infinito. (INFINITO #1)

Capitulo 26

- Aarón -
"El susto de mi vida"

Termino de eliminar unas fotos en mi cámara, su lente y su memoria las coloco en su maletín. Mi puerta se abre y Fer entra como si de ella fuera la habitación.

—¿Ocupado?—pregunta viendo que doy la espalda organizando mi escritorio.

No soy un chico que le encante el desorden, siento que si cada cosa tiene su lugar debe quedarse así, cuando se genera un desequilibrio o mínimamente esta inclinado más para un lado que para el otro me estreso.

—No. ¿Qué pasó?—respondo en voz neutra.

—¿Vas a salir?—inquiere sentándose en mi cama.

—No, ¿por qué lo preguntas?¿quieres que te lleve a algún lugar?—Fernanda es tan predecible y sabe manejar las fichas a su favor.

—A mí no.

Eso si capta mi atención. Me volteo y recuesto mi espada baja en el borde del escritorio, cada músculo me duele, Miguel esta muy juicioso con el entrenamiento, sobre todo conmigo.

—¿A quién?—interrogo mientras sigo rompiendo una foto.

Inclina su cabeza intentando averiguar que es, antes de que haga lo que sea para enterarse me acerco y desecho los pedacitos en la papelera que hay a un lado de mi cama.

—¿Qué rompiste?

—Nada importante.

—Ajá. De casualidad revise tu correo, me quieres explicar ¿Por qué tantas ofertas de trabajo y no aceptas ninguna?—cuestiona alzando sus cejas y esperando una respuesta.

—Ya se viene la universidad, quiero centrarme en los estudios.—me excuso.

Me siento en el borde de la cama, en el lado opuesto de donde esta ella, viendo a través de la ventana.

—Este verano has estado distante, eres mi mejor amigo, me preocupas y sin ánimos ofender, pero te veo hecho un desastre. Sabes que a pesar de todo, siempre puedes contar conmigo.—recuerda con voz dulce.

—Estoy bien, Fer.

—No, no lo estás. Tú rechazando un sesión de fotos no es normal.

—Ayer estuve a punto de terminar con Natalie.—suelto directo sin anestesia.

Veo sobre mi hombro para ver su reacción y decir que esta asombrada es poco.

—¿En serio?—duda como si no lo pudiese creer.

—Por que crees que demore tanto, y acepte que ya no viniera más, ahora esta a muchas millas de distancia, no me dejo hablar, cuando venga de viaje, se acabo Fernanda.

Centra su mirada en un punto en mi escritorio, atando cabos. Una sonrisa se forma en mis labios al mismo tiempo que ella, ya que eso solo significaba una cosa.

—Vuelvo soltero a la universidad.—sentencié.

—¿Y por eso tan pensativo y callado? Ya parecías Adrián.—parlotea con una sonrisa.

—Tal vez.

Asiente re-calculando todo, y vuelve a la realidad al recordar lo que tenía que hacer en vez de invadir mi habitación.

—¿Qué hora es?—pregunta asustada.

Veo la pantalla de mi celular y le digo la hora.

—Mierda. Ya se me hizo tarde, voy al taller de costura de mi madre, espero no critique mis diseños...—desea abriendo con exageración sus ojos y antes de salir pide algo más.—¿En una hora puedes llevar a Juls a la secretaria de la universidad?...Por favor.