La pareja de recién casados había llegado al país del sol naciente hace menos de una semana y su estadía hasta el momento se ha convertido rápidamente en uno de sus mejores recuerdos juntos. Yoongi aún se acordaba de ciertos lugares, pero nada realmente exacto, se perdieron muchas veces, pero Jimin creía que era parte de su guía y él tenía el suficiente orgullo para no admitir que no sabía ni en donde estaba parado.
Si Jimin no se hacía problema, ¿Por qué él debería?
A pesar de su carencia de precisión, pudo llevar a Jimin por diferentes lugares y sorprenderlo con su japonés algo masticado que daba pena, pero se le entendía.
A medias, pero algo era algo.
Quitando esa parte a un lado, sinceramente, el doncel se sentía por las nubes, la estaba pasando de lo mejor en un bonito país con buena cultura y con su amorosa pareja al lado en todo momento. No tenía a Jihoon molestándolo y su padre ya se había resignado a que llevaba una vida de casado con todo lo que eso implicaba.
Y sí, en las videollamadas, parecía querer fulminar al moreno con la mirada.
—Sigo pensando que tu Takoyaki era más rico.
Yoongi rio por eso. Nuevo descubrimiento, a Jimin le encanta la comida japonesa y por más que dijera que su sazón era mejor que la de los lugares que habían visitado, muy bien que iba por su cuarta ronda de ese platillo.
—Me halagas, esa vez quise sorprenderte, pero casi me quemo con el aceite cada veinte segundos. No quiero revivirlo.
—Siempre me sorprendes.
—¿Lo hago? —preguntó avergonzado. Se sentía desfallecer cada que Jimin venía con ese tipo de comentarios.
—No tienes ni idea —contestó con sinceridad—. Cuando te conocí es un ejemplo muy claro.
Cierto, ni él sabía cómo se le había ocurrido tal locura. Era una buena historia que contar, después de todo terminó con un anillo en su dedo.
—Era común que me metiera en problemas cuando iba a la escuela —comentó Yoongi con la mirada algo perdida, sin dejar de mover la pajilla de su tapioca—. Era la pesadilla de los profesores y el dolor de cabeza de mis padres.
—¿Así de problemático? —preguntó divertido. Lo peor es que para el mayor, sí sonaba creíble, Yoongi ni lo intentaba y ya estaba en ciertas situaciones extrañas.
—Sip, realmente problemático.
—Entonces tiene sentido que seas mi pareja después de todo. No está del todo perdido, ahora mi padre puede descansar en paz al saber que me casé con otra mala influencia.
—Japón no sabe en lo que se metió al dejarnos entrar a su territorio, uy. Entre el desquiciado con poderes terroríficos fuera de este mundo y su ayudante problemático con tendencias suicidas, pero lindo, no saben con quiénes están lidiando.
Ambos estallaron en carcajadas.
Estar así, los dos hablando tonterías era lo mejor, para Jimin el sentimiento era mayor, por la razón de que, en Japón, nadie lo conocía y no sabían quién había sido su padre ni nada por el estilo. Solo era una persona más que paseaba con su pareja y esa sensación le gustaba.
Ya estaba anocheciendo y se sentía contento. Quisiera estar así siempre.
—He tomado mucha tapioca... —dijo con cierta culpa el castañito—. Ya vuelvo.
Jimin asintió y lo vio perderse entre el tumulto de personas. Tomó una de las últimas bolitas fritas, pero antes de metérselo a la boca sintió la presencia de otra persona a su lado.
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Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ Jimsu
FanfictionA Jimin le habían enseñado que un villano no podía sentir amor, era simplemente imposible para ellos, por su misma naturaleza malévola. Sin embargo, Yoongi, junto con sus peculiaridades hacía que él cada vez más dejara de lado todo lo que alguna vez...