Capítulo 47

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Para sorpresa de Jimin —él era el único sorprendido, cabe mencionar— a la semana de abrir la pastelería esta tendía a llenarse hasta la mitad como mínimo. Por insistencia de Yoongi, decidió que lo mejor era que quedara cerca de donde él trabajaba y que, aprovechando que era un lugar con concurrencia de personas, ya que sin contar su centro laboral había una universidad a unas cuantas cuadras y no tan lejos un colegio, sería fácil que las personas pasaran por allí y ya sea por curiosidad o salir de un apuro o un mero antojo, pero terminarían comprando algo.

Claro que él pensó que su entusiasta pareja exageraba al ver un rotundo éxito mientras él solo estaba lleno de temor. Sin embargo, funcionó. Jimin se mantuvo al margen, solo estaba en la cocina como Yoongi le sugirió si tanto se le hacía difícil salir mostrándose ante el resto, y jugando sucio con lo de leer mentes, para su suerte y pena, parecía que a las personas sí le gustaban lo que él preparaba. Aún seguía siendo rara esa sensación, pero de alguna manera, se sentía realizado. Y con un motivo legítimo de existir.

Hyomin ha sido y es de mucha ayuda, quien sabe cómo, pero Hyunjin con la presencia de su bisabuela apenas respiraba. Ni bien ella lo cargaba, su hijo borraba toda emoción de su rostro y la miraba fijamente. Era extraño, pero no pensó mucho en ello, porque Yeji era otro mundo. Luego cuando sin querer los mellizos se escaparon de su zona y fueron gateando hacia más allá de la caja registradora, corroboró que su hijo era del tipo tímido con las personas extrañas, mientras que su pequeña se reía con cualquiera que la saludara.
Extraño, pero le dio gracia el contraste entre ambas personalidades.

La miel en verdad sí funcionaba. Y también, Ryujin fue de gran ayuda, ella poco o nada le importaba quien fuera él, si iba a cumplir con su paga a fin de mes podía ser el mismo diablo y ella seguiría trabajando para él. Se lo dijo de frente, dejándolo sin palabras. Algo peculiar, pero como era una adolescente que estaba al pendiente de otras cosas (como tener dinero suficiente para gastarlo en sus cantantes favoritos que ponía en el local, a veces sin su permiso), le sentaba bien, en lugar de tener a alguien que se asustara con su mera presencia o le guardara rencor lo que terminaría por incomodarlo tarde o temprano.

—¿A que esta canción no anima a cualquiera, eh, jefe? —preguntó con autosuficiencia y él rodó los ojos. Parte de por qué los clientes se quedaban más tiempo era por el buen ambiente que la adolescente organizaba.

Solo bastó un día que se demorara en llegar y ella había cambiado el orden de la pastelería y la había decorado de cierta manera... según sus palabras, algo con más "estilo" y una palabra rara que mejor ni enterarse.

Ajá. Se estaba proyectando para un futuro en el que tuviera que lidiar con Yeji cuando ella tuviera la edad de su empleada. Aunque a veces le daba pavor imaginarla como Ryunjin, o mucho peor, influenciada por esta.

—Jefe, tengo una duda.

—Dime —dijo con calma.

—¿Cómo conquistó a su esposo?

Jimin detuvo sus movimientos ¿Eso a qué venía?

«¿Ella estará...?», pensó con curiosidad. No, no se la imaginaba enamorada.

—Eh... en realidad no hice mucho. —Lo cual era cierto—. Él fue quien me conquistó.

—Oh —respondió la chica sorprendida—. Sí, ahora que lo dice, eso tiene más sentido.

No supo si eso era bueno o malo. Suspiró. A veces solo debía dejarla ser y todo listo. Igual era buena en lo suyo y sus amigos venían a visitarla en su nuevo empleo y consumían lo que había aquí. Le caía bien en términos generales.

—Verá, hay un chico que me gusta —comenzó a decir mientras limpiaba las mesas—. Y no sé cómo acercarme. Creo que le gusto, pero no hace nada.

—Yoongi no fue directo con palabras, sino acciones —aclaró, esperaba serle de ayuda. Él no tenía experiencia en el amor, fuera de su esposo, pero seguía llevándole ventaja a su empleada. Es decir... está casado y tiene una familia feliz—. Simplemente, se aparecía por ahí y me daba la valentía que yo no tenía. Él me gustaba, él lo sabía y se hizo cargo. Ahora estamos como estamos.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora