Capítulo 42

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—"No, papi, no estés triste" —agudizó su voz mientras movía a una muy confundida Yeji en su delante. La acomodó con cuidado en medio de la gran cama para esta vez agarrar a Hyunjin y cargarlo de la misma manera—. "Si lloras, yo lloro".

Jimin sonrió ante lo que estaba haciendo Yoongi.

—Y yo también lo haré. Me pondré triste y lloraré —finalizó el doncel para salir de su escondite entre los mellizos. Sus orbes castaños reflejaban el dolor que sentía al ver el estado anímico de su esposo.

Esta semana fue una mierda si era sincero, pero se sentía mejor al tener a su pequeña familia consigo. Más si Yoongi intentaba animarlo de todas las maneras posibles como solo como él podía hacerlo.

No sabía cómo explicarlo con palabras. Sintió que volvió a ser un niño, Yoongi haciéndose cargo de él, preocupándose por él de una manera tan sincera que... solo hizo que su amor creciera un poquito más, ya que él no creía poder amar más a Yoongi de lo que ya hacía. Estaba conmovido, básicamente. No era extraño que el sentimiento de culpa e ingratitud llegara a él al no sentirse mejor, o simplemente por... deprimirse, lo cual era comprensible en su situación, pero no, no le gustó estar así. No cuando Yoongi hacía todo lo posible y mucho más para que sonriera. Demonios, incluso los mellizos parecieron notar que algo sucedía con él, lo cual lo hizo sentirse aún peor de lo que estaba.

Yoongi podía ser realmente egoísta e infantil, incluso cruel si la situación lo ameritaba o colmabas si paciencia, no era algo nuevo, no si Yoongi creía fervientemente en el "ojo por ojo, diente por diente", lo cual también fue un lema de vida para Seojoon, pero jamás lo dijo en voz alta, porque el doncel era capaz de no hablarle durante todo el día o quien sabe, Yoongi era atemorizante si estaba verdaderamente enojado. Él supo con quien se estaba casando y continuó adelante, pero, sorprendentemente, el doncel no se había molestado ni un poquito con él durante este tiempo. Bueno, generalmente no se fastidiaba con él, su única discusión fue por el embarazo y eso, pero igual sintió su apoyo. 

Le repitió varias veces que lo más lógico era que estuviera así de deprimido y desganado, mencionó que le preocuparía que no fuera así, pero eso no lo hizo sentirse mejor, debido a que Yoongi estaba siendo paciente, un aspecto del cual carecía, por no decir, que no tenía ni una pizca de este.

Estar fuera de sintonía y deprimir a Yoongi, por más que él le dijera que estaba bien, que todo iba excelente, que comprendía el que estuviera actuando lo más parecido a un muerto en vida... 

Lo odió.  

Él podía notar que por más que le sonriera, Yoongi estaba afectado, por él y su actuar. Solo que lo ocultaba.

Comenzaba a consumirse. No podía evitarlo, confirmó que su padre manipuló cruelmente la percepción que tenía de su madre. Le hizo creer que era una prostituta, eso fue algo que jamás se atrevió a preguntarle a Hyomin, porque los relatos de ella no coincidían con quien era su madre, supuestamente una adolescente muy bien portada, sería algo irrespetuoso, así que jamás pronunció palabra alguna al respecto. Su padre también le hizo creer que ella era una alcohólica, y que poco le importaba su hijo. Lo único verídico fue la juventud de su mamá, lo que le hizo sentirse un malagradecido, todo por haber olvidado sus palabras dulces, su suave consuelo y su amor.

Al menos no había olvidado por completo su calidez. Guardó recelosamente esas cortas memorias para sí, esos momentos en los cuales creyó que eran producto de piedad y compasión ¿Quién no sentiría pena al ver al un niño que no podía ni ponerse de pie a punta de golpes? Después de todo, ella lo tuvo. Los postres eran el único vínculo con su madre, le alegraba saber que no solo era eso, sino que detrás había más. Mucho más.

Entre villanos, amores inesperados y postres ➳ JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora